Jair Bolsorano se estrenó como presidente de Brasil con el Año Nuevo. Como sabemos, es un personaje polémico y suele ser políticamente incorrecto. Pero la verdad es que la mayoría lo conoce de hace pocos meses. Antes ni el nombre habíamos escuchado.

Algunos temores por Bolsonaro son muy comprensibles. Su perfil de empresario, de outsider político frontal y poco diplomático lo equipara a Donald Trump, y la prensa ya sabe que será un festín de noticias no convencionales. Su agenda de derecha dura es muy polarizante, de la misma forma que lo fue la de Lula da Silva y ni qué decir un régimen autoritario como el de Hugo Chávez o Nicolás Maduro. No obstante, como del cielo a la tierra en términos de estrategia y orientación.

Como todo líder fuerte, que encarna el poder en sí mismo más que en equipos y otros actores, es epicentro de mucha desinformación, generada por este o generada contra él. Revisemos algunos casos ocurridos durante la reciente campaña presidencial.

Bolsonaro como fuente de fake news

A principios de octubre de 2018 El País analizó centenares de mensajes de mensajería, sobre todo Whatsapp, usadas por unos 160 millones de brasileños. Dicen que “se puede encontrar de todo en los grupos a favor de Bolsonaro: difusión de mentiras camufladas como noticias, videos que intentan desmentir publicaciones negativas de la prensa, mensajes de desconfianza hacia las encuestas y hacia el sistema electoral, y hasta falsos apoyos de famosos. Una máquina bien engrasada de fake news detrás de la cual están miles de voluntarios y simpatizantes”.

El estudio encontró una altísima participación de los seguidores de Bolsonaro en estas redes, que superaron en alcance e influencia a la gran prensa. Sin embargo, estas redes son informales y autogerenciadas, con lazos y fuentes del comando del candidato ultraconservador, pero no necesariamente un apéndice de su organización. Quien sí lo tuvo fue su rival Fernando Haddad, un procedimiento estándar de los regímenes del Foro de Sao Paulo: laboratorios y estructuras muy organizadas e incluso financiadas por los gobiernos. Pero en este caso el alcance de Whatsapp superó el de las maquinarias: 80% de los seguidores de Bolsonaro usa el sistema de mensajería de Facebook; los de Haddad solo 59%.

No obstante, la plataforma de factchecking Aos Fatos ofrece un inventario de algunos fakes provenientes de los equipos comunicacionales de Bolsonaro:

-El kit gay. Una caja con material relativo a la homosexualidad que, según el entonces candidato, era una especie de entrenamiento para ser homosexual. Dicen: “En realidad se trata de un proyecto llamado ‘Escuela sin homofobia’ que promovió el Ministerio de Educación –bajo la gestión de Fernando Haddad– en 2011 (…) El programa (…) jamás vio la luz en las escuelas públicas, y buscaba formar a los profesores en derechos LGTB, la lucha contra la violencia, los prejuicios y el respeto a la diversidad entre los jóvenes y adolescentes”, según sus creadores. Generó temores en grande, como antes lo hizo en pequeño.

-El hombre que apuñaló a Bolsonaro está afiliado al PT y aparece en una foto con LulaAdélio Bispo de Oliveira apuñaló en septiembre a Bolsonaro, y corrió el rumor, incluso reproducido por algunos portales de noticias, de que estaba afiliado al Partido de los Trabajadores (de Lula). Según Aos Fatos ninguna persona con ese nombre aparece en el registro oficial de afiliados al Tribunal Superior Electoral (y aparecería allí si estuviera afiliado a algún partido). En la famosa foto, aparece en un evento electoral de Lula, pero resultó un montaje (algo burdo, por cierto).

Comparación del montaje (arriba) y la foto original (abajo) de Adélio Bispo de Oliveira, quien apuñaló a Bolsonaro en 2017, pero la cara de Bispo fue agregada.  

Una mujer fue brutalmente agredida cuando en la calle gritó “Bolsonaro”. En realidad “es una imagen de 2013 de una actriz ya fallecida, Beatriz Segall, tras caerse en la calle”.

Si Haddad llega al poder legalizará la pedofilia. Una imagen, “con el logotipo de la campaña de Haddad, se hizo viral, y afirma que de ganar el candidato del PT sería legal el sexo con niñas mayores de 12 años. El proyecto de ley a que hace referencia esa imagen (236/212) es una propuesta del Senado que está parada, y que planteaba rebajar de 14 a 12 años la edad para que cualquier relación sexual sea considerada estupro (el consentimiento de la víctima no libera al agresor). Es una discusión que tiene muchos años en Brasil, pero Haddad no está vinculado a esta propuesta, nunca ha tenido un cargo legislativo”.

Bolsonaro como víctima de noticias falsas

No obstante, el actual presidente brasileño fue objeto de campañas muy intensas de bulos y fake news distribuidas por redes, pero también por la “gran prensa”. Aquí una muestra tomada de VerifiKado:

Bolsonaro es homofóbico. Enteramente falso no es. (…) “Bolsonaro ha realizado muchísimas declaraciones que sin duda se pueden tachar de homofóbicas. En 2011 dijo por ejemplo que prefería que un hijo muriese en un accidente antes de que fuera homosexual. Sin embargo, en los últimos tiempos ha moderado su lenguaje en este aspecto, y hasta ha aparecido en videos con el conocido maquillador gay Lili Ferraz”.

Bolsonaro tiene tendencias dictatoriales. Bolsonaro fue acusado de defender en su discurso el período de dictadura militar y también inquietó que “declarara que solo aceptaría los resultados si estos le resultaban favorables. (…) Bolsonaro estudió en una academia militar y se recibió en 1977, con 22 años. Después de eso integró la brigada de infantería paracaidista de Río de Janeiro. (…) Ya en democracia tuvo varios altercados. Ese mismo año es elegido concejal y en 1990 diputado federal, siempre por el partido Demócrata Cristiano. Desde entonces ha sido reelegido siete veces, y en 2014 fue el diputado más votado de Río de Janeiro. (…) Los cargos políticos que ha ocupado los ha ganado con el voto popular”.

Bolsonaro es racista. “Bolsonaro ha proferido en su carrera política muchas declaraciones que pueden ser calificadas de abiertamente racistas, pero en este tema también ha moderado su discurso en los últimos años. (…) Sin embargo, el año pasado, luego de visitar un quilombo (asentamientos donde viven descendientes de esclavos) declaró: ‘El afrodescendiente más liviano pesaba siete arrobas. No hacen nada. Creo que ni para procrear sirven’. El mes pasado, para combatir su fama de racista, salió en muchas fotos y videos con el subteniente (Ejército) negro Hélio Fernando Barbosa Lopes, de quien dijo que era su amigo desde hacía varios años”. Aquí como que no sale muy bien parado.

A Bolsonaro le gusta la violenciaEn Whatsapp rodó un desmentido que decía que a Bolsonaro “le tiraron purpurina, huevos, escupido en la cara y por fin, un cuchillo en el abdomen… y nunca reaccionó ni agredió a nadie físicamente. (…) Bolsonaro fue una vez escupido en la cara por otro diputado (Jean Wyllys) en abril de 2016 durante una votación por la continuidad de la entonces presidente Dilma Rousseff. Wyllys adujo que Bolsonaro lo había insultado por ser gay. Y el pasado 6 de septiembre fue acuchillado durante un mitin, eso también es cierto”. Más que violento, ha sido víctima de violencia política.

Bolsonaro es un millonario corrupto. “Bolsonaro y sus 3 hijos son dueños de 13 inmuebles por un valor total de 4,5 millones de dólares. ¿Es más o menos que el de sus adversarios políticos? Depende de qué adversario estemos hablando, pero en cualquier caso se trata de una fortuna modesta al lado de la de muchos políticos brasileños”.

La lectura es que las acusaciones que rodaron se refieren a hechos lejanos o hechos falsos/fuera de proporción. Eso no refuta que sea homofóbico o racista, pero tampoco hay pruebas recientes de que sostenga esas posiciones.

Conclusiones

La campaña a favor de Bolsonaro estuvo plagada de noticias falsas. Pero la campaña en contra también, solo que el volumen de usuarios y voluntarios del actual mandatario sobrepasó al de su rival. Sin duda, los bulos en su contra no surtieron efecto y no sabemos hasta qué punto los producidos por su gente afectaron a Haddad, pero es muy posible que hayan sido más efectivos en esa dirección.

Para evaluar al actual mandatario es mejor centrarse en su gestión. Noticias falsas no faltarán, pero los factcheckers estarán muy pendientes. Muchas de las cosas que “supimos” de él fueron falsas, exageradas o muy viejas. Por mi parte juzgaré en fresco de ahora en adelante, sin pasiones ni esfuerzos en ser políticamente correcto. O quizá “eso” sea lo políticamente correcto.

Imagen: Composición de FNN.


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