¿Pero qué diablos es blockchain? En sencillo es una “cadena de bloques asegurados criptográficamente”. Seguimos preguntando: ¿Qué diablos es blockchain? Viene a ser un registro digital de transacciones que reúnen información específica sobre diversos aspectos, desde transacciones con criptomonedas hasta el manejo de una moderna casa que es gerenciada por domótica de las IoTInternet de las cosas. Esos bloques digitales se encadenan uno a uno, conteniendo información separada pero complementaria y forman una “cadena”. Tecnología blockchain permite almacenar información que jamás se podrá perder, modificar o eliminar.

Todas las transacciones gubernamentales: compras, pagos, destinos de fondos, etc., podrían ser sometidas a blockchain, dada la alta trazabilidad de las operaciones. Es realmente transparentar operaciones de los niveles del Estado a cargo de dineros públicos.

La cadena tiene varios –millones– de nodos o usuarios. Funciona muy bien para “cortar” los bancos intermediaros en casos de envíos de dineros y transacciones bursátiles. Inclusive en registro de propiedades; en Japón se trabaja para unificar todo el registro de propiedades urbanas y rústicas con tecnología de cadena de bloques. Una base de datos abierta en la que se pudieran consultar los datos de millones de propiedades. Todos validan la operación. Es complicado engañar e introducir datos falsos. Es tan –o más seguro– que las transacciones de dinero tradicional. Blockchain para el registro público de propiedades, para envíos de dinero, pagos, transacciones y ahora para energía.

En energía se está empezando a usar tecnología blockchain: para medición y registro del consumo de electricidad, por ejemplo, del usuario. Hay ya en el mercado los denominados cryptochips, utilizados para la medición de consumos de volúmenes de electricidad y la gestión de la generación distribuida. De este acápite tenemos más información en nuestro análisis específico.

En el caso de la generación distribuida, la blockchain informará sobre datos de consumo, volumen y otros que sean relevantes para tener históricos de consumo y proyecciones. Data para tarifas y proyección de márgenes para venta a la red principal o a otros usuarios.

Con data precisa se sabrá cómo se relacionan el trío: generador, consumidor y quién compra los remanentes del generador y consumidor.

Blockchain brinda información, al segundo, sobre los picos de consumo, los valles de demanda y oferta y principalmente los modos de consumo para generar tendencias y políticas de eficiencia energética, por ejemplo.

Chile tiene ya algunos avances sobre datos abiertos de energía de la Comisión Nacional de Energía, que entre otras cosas es como un regulador o certificador de la calidad, por ejemplo, de electricidad (solar, eólica, reiteramos) que el generador tiene para ofertar en el mercado.

Sobre el particular subrayo una experiencia global acerca del blockchain y energía: de Greeneum, que conecta oferentes y demandantes de electricidad vía renovables (solar o eólica) que se pagan con propias criptomonedas y emite certificados de huella verde. Toda la transacción está mostrando datos de venta y consumo.

La iniciativa e innovación va a terminar por abrir el mercado de oferta y demanda de electricidad en ciudades grandes y medianas, dejando a las grandes operadoras como a un competidor más en el mercado y quizá siendo utilizados –en algún punto– solo de backup en la oferta eléctrica.

La tecnología en el mercado eléctrico avanza a pasos agigantados y para mejorar la vida de los usuarios.


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