Cada vez más vemos y escuchamos a personas que lamentan no haberse logrado la primera meta de tres indicada por el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, cuando  determinó las prioridades políticas de la nación el 23 de enero de este año: Salida del usurpador, gobierno de transición y convocatoria a elecciones libres y transparentes.

Para el común del ciudadano faltan pocos días, el 23 de febrero, para cesar en su función temporal constitucional Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, diputado carismático que se ha constituido en el líder de los venezolanos.

La desesperanza en las redes está conformada  por noticias y manifestaciones producto de estrategias para desinformar elaboradas por el régimen de Maduro Moros en laboratorio.

Ante tales malignos brebajes experimentales llamo la atención del lector a observar con cautela los llamados de urgencia vertidos en Internet y redistribuir solo aquellos contenidos de previo conocimiento y confianza de su autoría.

En 2002 los vecinos  reiteradamente tomaron las calles  y calzadas de la nación ejerciendo los derechos ciudadanos consagrados en la Constitución nacional ante el avance despótico del sistema de gobierno por Hugo Chávez Frías.

Tales convocatorias  se concentraron  en Caracas. La ausencia de respuestas adecuadas  respetuosas del legajo fundador conllevó a consolidar lo que estaba en el ambiente; solicitar la renuncia de Chávez a la Presidencia de Venezuela.

La multitudinaria presencia de vecindades y afinidad espontánea con la iniciativa detonaron el accionar que condujo al conglomerado  hacia Miraflores.

La fecha del 11 de abril de 2002, como el texto del articulado 350 constitucional, está en la mente de los parroquianos  desde que en esa cita lograron desalojar temporalmente a Chávez Frías del poder.

Actualmente la crisis social aumenta en la población hasta niveles críticos. La hambruna generada como política de Estado por Nicolás Maduro motiva a los desesperados habitantes a pensar en asaltar  de nuevo el Palacio de Miraflores en una suerte de justicia por sus manos ante el daño causado por el usurpador, como también en busca de  comida para todos.

Intento cerciorarme e informar a ustedes si esa clarinada civil del mes de abril podría ser la solución para retomar la democracia. Para ello consulto  actores y testigos de primera fila de los hechos acontecidos el 11,12 y 13 abrileño con la partida y retorno del despótico barinés.

Humberto Celli Gerbasi, ex secretario general  de Acción Democrática: “Estamos ante un gobierno que hará todo lo necesario para evitar su partida. Socorrer con alimentos, medicinas e insumos en general es  prioritario. Los venezolanos están dispuestos ir a buscar la ayuda humanitaria. Si el gobierno intenta evitarlo el frente nacional e internacional les pasarían por encima”.

Teniente (r) José Colina, comandante de la unidad costera: “Si están dadas  las condiciones para marchar sobre Miraflores. Guaidó tiene tres alternativas.  Convocar él a palacio y lo seguirían 5 millones de personas. Con los recursos externos que administra armar a los militares venezolanos diseminados por el mundo para neutralizar la fuerza interna. Otra sería  autorizar unidades militares multinacionales de asalto con fines humanitarios y que intervengan en territorio patrio”.

Carlos Fernández, ex presidente de Fedecámaras: “El pueblo está eufórico y dispuesto a marchar sobre Miraflores como en 2002. Está resteado con Guaidó. Ello pondría a la FANB a decidir si está a favor del pueblo”.

Antonio Rivero, general (r) Ejército: “No creo necesario  asaltar Miraflores. He planteado una estrategia diferente. Guaidó tiene el liderazgo y existen planes para la dirección y conducción hacia el objetivo”.

Casto Ocando, periodista de investigación: “Comprendo la desesperación en las redes sociales. El poder está en diferentes puntos, está diluido. La ayuda humanitaria es el verdadero poder en este momento y buscar los insumos es la ruta en los cientos de puntos fronterizos que la oposición estableció. Esta es una lucha sin precedentes. Estamos enfrentados a un gobierno que durante 20 años no tiene empacho en dejar morir a la gente. Somos un frente nacional e internacional».

Por lo menos 2 o 3 millones de venezolanos voluntarios recorrerán la frontera para distribuir los alimentos en la patria chica.

Dios bendiga la ayuda humanitaria y a las Fuerzas Armadas que protegerán los voluntarios. 


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