Nicolás Maduro sigue cuenteando a los venezolanos. El 28 de agosto dijo que “aumentará la producción de 14 campos petroleros en 641.000 barriles diarios”, luego de la firma de 14 acuerdos especiales de servicios conjuntos. Asimismo, afirmó que la inversión para este incremento de barriles será de 430 millones de dólares, para lo cual recurre a 7 empresas de servicios (Well Services Cavallino, Petro Karina, Helios Petroleum Services, Shandong Kerui Group, Rinaca Centauro Karina Consortium, Oil Consortium Tomoporo y Venenca) que buscarán el mejoramiento de la producción de crudo actual (384.000 barriles por día) en los campos Arecuna, Sanvi Guere, Orocual, Dación, Jusepín, Franquera-Tomoporo y Carito-Pirital.

Hace dos años, en noviembre de 2016, el relato fue el financiamiento proporcionado por las socias en las empresas mixtas de 10,7 millardos de dólares para aumentar la producción de petróleo en 855.000 barriles por día –Petrolera Sinovensa, 4 millardos de dólares; Petroboscán, 2 millardos de dólares; Petrodelta, 1,13 millardos de dólares; Petrozamora, 1 millardo de dólares; Petroquiriquire, 1,2 millardos de dólares; Petrocabimas, 625 millones de dólares; Petrowarao, 420 millones de dólares, y Petrolera Indovenezolana, 318 millones de dólares.

El año pasado, septiembre de 2017, la narrativa era que con dos de las más grandes empresas de servicios a yacimientos petroleros en el ámbito mundial, la francesa Schlumberger y la estadounidense Halliburton lograrían el incremento entre 200.000 y 300.000 barriles diarios de la producción de crudo liviano y mediano en el norte del estado Monagas y el estado Zulia, a través de la rehabilitación de 800 pozos. Además, los servicios de ambas transnacionales se pagarían con el incremento en la producción obtenido, es decir, en especie.

Los resultados de estas fábulas están a la vista. Según las fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la producción de petróleo de Venezuela cayó en 2016 en 208.000 barriles por día promedio año y en 2017 en 246.000, para un desplome total de 454.000 barriles diarios. Y en los primeros 6 meses de este año, el descenso del bombeo de crudo es equivalente al acumulado de los 2 años anteriores, 448.000 barriles por día. 

Los cuentos de Maduro-Del Pino de 2016, Maduro-Martínez de 2017 y ahora de Maduro-Quevedo chocan con la realidad.

El análisis estadístico de las series de producción de petróleo de Venezuela registrada por las fuentes secundarias de la OPEP, la Administración de Información de Energía de Estados Unidos y la petrolera British Petroleum muestra una correlación positiva muy alta entre la producción de petróleo y la actividad de taladros realizada por las empresas internacionales de servicios a pozos.

Para el período 2011-2017, el valor varía entre 0,966 para la serie de la EIA y 0,978 para la serie de la OPEP y BP. Para el lapso de Nicolás Maduro, 2013-2017, la relación entre las dos variables se acerca más a 1, oscila entre 0,979 para los datos de la OPEP y EIA, y 0,991 en el caso de BP, lo que indica una relación lineal perfecta.

Estos hallazgos permiten asegurar que las iniciativas para aumentar la producción de petróleo en Venezuela en 2016, 2017 y en lo que va de 2018 han sido infructuosas. Además, Venezuela no ha tenido un incremento significativo de la producción petrolera durante los últimos 14 años. El aumento observado en 2004 fue el resultado del restablecimiento de las operaciones, luego del paro petrolero en 2002-2003.

Solo en la etapa de la apertura petrolera en 1996, Venezuela aumentó el volumen de bombeo de crudo en más de 300.000 barriles diarios. Las dos ocasiones fueron en 1997 y 2000.

En cada relato de Maduro los actores (empresas) cambian, aunque la trama sea parecida. “Pdvsa subscribió acuerdos/financiamientos para aumentar la producción”. Además, Maduro siempre jura “por Dios y mi madre” que “las empresas tienen toda la seguridad jurídica, todas las facilidades de inversión que serán reconocidas por Pdvsa”.

Un ejemplo de que “jura en vano” fue la experiencia de Halliburton y Schlumberger, que asumieron sus operaciones en Venezuela como pérdida en sus estados financieros del cuarto trimestre de 2017, para evitar mostrar resultados desfavorables a sus accionistas.

En el caso de Halliburton, las pérdidas contables fueron de 938 millones de dólares, discriminadas en 469 millones de dólares de cuentas por cobrar, 105 millones de dólares relacionados con el pago de notas promisorias, 285 millones de dólares de activos fijos y 79 millones de dólares de otros activos.

La producción de petróleo en Venezuela seguirá en caída libre este año. El relato de Maduro volverá en 2019. En esta ocasión con otro fantoche, porque en cada cuento Maduro se traga al pelele que está en Pdvsa. La nueva trama será la entrega de los campos petroleros a las socias de las empresas mixtas, violando el marco legal de 2006.

Por ello, cada vez que Maduro viene con el cuento del aumento de la producción de petróleo en Venezuela, trae a la memoria el cuento del gallo pelón.


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