Ya comenzamos a ver el verdadero rostro de la asamblea nacional constituyente, que es como decir el de los constituyentes y el régimen, con su proceder arbitrario y atronado. Quien la dirige da para eso y más. Recuerdan su comportamiento cuando fue canciller, y los atajaperros que formaban ella y su séquito a cuanto organismo internacional asistía, invitada o no. Y si no era invitada, más. Pretendía meterse a la fuerza.

Así, ya se observa el fin último de la impuesta y espuria ANC. Y, evidentemente, dista mucho para lo que decían era necesaria. Claro, debían buscarle una justificación a como diera lugar a tamaña estafa. Los timadores, con Delcy Eloína Rodríguez a la cabeza, empezaron a golpear aún más a la muy ya frágil institucionalidad del país. Se les ha metido en la cabeza a estos sujetos que ellos están facultados en nombre del poder originario para trastocar todos los poderes constituidos y hacer lo que les venga en gana, tal y como ya lo han hecho. Solo les falta que se inmiscuyan en los hogares de cada uno de nosotros y dispongan qué hacer y cómo hacerlo.

Se nos dijo, entre muchas otras mentiras, que con la constituyente tendríamos paz, concordia y que todo cambiaría para bien. Pero iniciaron su samplegorio con mal pie, violentando los espacios del único poder del Estado con la más clara legitimidad de origen. Fue un asalto dirigido y coordinado por la presidente de la ilegítima e ilegal ANC, apoyada en esa tropelía por la Guardia Nacional Bolivariana que, a juzgar por como se comporta y actúa, extravió hace rato su lema: “El honor es su divisa”.

Hay alarmas que ya se han activado, y que todos los venezolanos debemos mirar y oír con mucha atención, porque no se trata de cualquier banalidad o de algo que pueda pasar inadvertido. No. Ya están dándose los primeros pasos por parte de los cuestionados constituyentes para arrasar y aplastar cualquier vestigio de institucionalidad. Veamos.

El solo hecho de que la ANC tenga una duración de dos años es, de suyo, muy grave. Sin eufemismos, llamémosle un gobierno de facto. Sí, así como lo lee. Ninguna constituyente en el mundo tiene esa peligrosísima vigencia. Solo esta. Es algo así como un cheque en blanco librado por la ANC a favor del gobierno que preside el incapaz mayor y convocante. Ese poder originario ilegítimo será, y es ya, una fuente inagotable para complacer peticiones, caprichos, venganzas y antojos del señor Nicolás.

Y por si fuera poco, ya armaron también la comisión de la verdad, presidida nada menos y nada más que por Delcy Eloína Rodríguez Gómez. Todo esto viene a ser, a no dudar, una especie de inquisición, pero no por el tema de la fe, sino por el hecho de perseguir y castigar a quienes piensan diferente a este nauseabundo régimen. Por desgracia pues, estamos en manos de la verdugo de la ANC. No se necesita ser muy avispado para saber cómo procederá de parcializada la fulana comisión. Todos los escogidos y señalados, responsables o no, serán de la oposición. Y uno que otro pendejo de los organismos de seguridad del Estado, para despistar y matizar tamaña atrocidad.

Una ANC no es, precisamente, para hacer lo que están haciendo estos usurpadores. Ya hicieron suyo el manoseado tema del “desacato” de la Asamblea Nacional, determinado por otro órgano de muy dudosa rectitud y procedencia (Tribunal Supremo de Justicia). Ahora les dio por dictar decretos de convivencia y coexistencia entre los distintos poderes, además de usurpar funciones y atribuciones de otros órganos del Estado legítimamente constituidos, como si eso fuese la esencia de una ANC. Solo majaderías. Y por los vientos que soplan así se les irá el tiempo atendiendo necedades y haciéndole comparsa a Nicolás Maduro. Para eso querían una ANC que, amén de ilícita y tramposa, acompañe a Nicolás en su orfandad política.

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