Nada fácil decidir sobre qué escribir en el primer artículo del año. Ya estamos en 2019 y trazar sobre el futuro de Venezuela es entrar en el terreno de la especulación entre lo que uno quisiera que pasara y lo que efectivamente puede suceder. Lo que sí es cierto, amigos lectores, es que no será un año fácil, no hay cambios bruscos que den soluciones inmediatas, porque aunque ocurrieran nos tardaremos algún tiempo en ver los resultados a que la mayoría de los habitantes de este lugar aspiran. Por lo pronto, un escenario seguro es que la conflictividad política se mantendrá, que la hiperinflación seguirá galopando y nuevos contingentes migratorios desde Venezuela buscarán oportunidades en el exterior. Podemos afirmar que una quinta ola migratoria está por comenzar. Esta afirmación no es un capricho ni forma parte de la mediática internacional, sino que el surfista migratorio que espera su ola encontrará en la continuidad de la crisis una razón objetiva para decidir buscar oportunidades, un porvenir y ayudar a su familia que deja atrás rezagada, imposibilitada de irse, también por razones ya bien tipificadas por los estudiosos de estos fenómenos.

El contexto internacional seguirá con sus crisis sistémicas, con incertidumbres por una parte, pero con crecimiento económico para muchos países y regiones que han seguido el sendero de liberalización y la democracia. En nuestra América Latina el péndulo político seguirá moviéndose hacia la derecha, y los gobiernos de México y Brasil serán sin duda el foco de atención por la dimensión de sus economías y por los retos que significa que, aun con ideologías distintas, los nuevos presidentes deberán satisfacer demandas políticas y económicas sin enfrascarse en el populismo que tanto daño le ha hecho a nuestros países. Sin duda, el escenario de Venezuela, sin precedentes, seguirá siendo el más dramático en el mundo, pues si nos aproximamos a las cifras que nos vaticinan una inflación de 10.000.000% para este año y una mayor contracción de la economía, lo que viene es duro para este pueblo. Los economistas explican con detalles esta situación para nada alentadora. Pero para concluir, y siempre con una nota positiva, también debemos recordar que en la política a veces pasan cosas extraordinarias, que provocan cambios no previstos y que permiten que las naciones pasen del camino destructivo al constructivo. Veremos.


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