El director de cine Vittorio Taviani, que murió en Roma, escribió con su hermano Paolo algunas de las páginas más bellas del cine italiano, en una obra cargada de temas sociales que se mezclan con historia, psicoanálisis y poesía.
Taviani nació en Toscana en 1929 y decía que el cine era su vida: “Si no sería solo un fantasma y todas las relaciones con los demás se disolverían en la confusión”. El ministro de Cultura de Italia, Dario Franceschini, declaró en un comunicado: “Es un día triste para la cultura, uno de los mayores maestros de nuestro cine se va”.
El primer largometraje de los hermanos Taviani fue Hay que quemar a un hombre(1962), que cuenta la historia de un sindicalista marxista que lucha contra la mafia siciliana. En 1974, con Allonsanfan, una evocación de la Italia posnapoleónica y el fracaso de los movimientos revolucionarios de la época, obtuvieron su primer éxito internacional. Con Padre patrón (1977) recibieron la Palma de Oro del Festival de Cannes y La Noche de San Lorenzo (1982) fue Gran Premio Especial del jurado de Cannes.
En 2012 abordaron el mundo carcelario de forma diferente con César debe morir. Esta película, recompensada con el Oso de Oro de la Berlinale, cuenta cómo los detenidos se liberan de sus prisiones gracias al arte.