Amor, drama, engaño y humor son algunos de los elementos que se encuentran en la película venezolana Parque Central, que se centra en uno de los lugares más icónicos e importantes de la capital. El filme, dirigido por Luis Alberto Lamata, parte de cuatro historias que relatan lo que es vivir y ser parte del lugar.

La cinta que se divide en cuatro relatos, cada uno con una temática y un enfoque distinto, representa un fiel reflejo de la sociedad venezolana, de las personas que hacen vida en Caracas.

La primera narración muestra la historia de una mujer de la tercera edad sumida en una depresión por la crisis social del país, que luego de vivir los mejores años de su vida se encuentra sola. Sin embargo, en los pequeños detalles encontrará motivos para vivir.

El segundo relato cuenta la vida de una joven con tendencias suicidas que se mudó de Mérida a Parque Central luego de perder a su padre. Ella conoce a un hombre que, a primera vista, pareciera que quisiera ayudarla, pero al final resulta ser alguien completamente inesperado.

La tercera historia narra la vida de una pareja con síndrome de Down que vive en el lugar y que desea compartir su amor entre las complejidades del espacio y de las familias con las que viven. El cuarto, y último fragmento, describe la historia de una madre y su hijo. Ella se prostituye para así poder mantener a su familia y a su hijo, quien sueña con convertirse en un gran violinista.

Historias llenas de sentir caraqueño

El director Luis Alberto Lamata explicó que la idea de esta cinta es hacer que los espectadores sientan cómo son los caraqueños y las diversas historias que se pueden desarrollar dentro de un mismo lugar.

Parque Central es acerca de que los venezolanos nos reconozcamos en un lugar emblemático de la ciudad, en un sitio donde todas las historias son posibles e inclusive existen leyendas urbanas. Que los que la observan sientan cómo somos los caraqueños y los venezolanos en general, que somos una mezcla de humor, drama, disposición a no dejarte derrotar, a la capacidad de acoplarte a las circunstancias, con algo de coraje y de imaginación pero siempre con buen humor”,  dijo Lamata en exclusiva para El Nacional Web.

Lamata detalló que fue intencional hacer que cada historia sea diferente a pesar de su relación con el lugar. “La vida cambia según los personajes y los ojos con los que quieras verla, cambia el tono de las historias según el personaje que las relata”.

“A mí me gusta el cine histórico y a pesar de que esta película es muy contemporánea, en la que se observan muchas de las situaciones que estamos viviendo los venezolanos, eso también es historia. La historia es algo que está permanentemente en proceso y la película tiene la particularidad de no solo contar sino quedar como testigo de la Caracas que fue en el futuro”, afirmó.

Greicy Jaimes quien interpreta a Mariana, la joven que llega de Mérida, está contenta de que Lamata le diera la oportunidad para representar ese papel, con el que tenía muchas más cosas en común de lo que imaginó.

“Curiosamente tenía muchas cosas en común con Mariana, porque para ese momento mi madre vivía en Mérida al igual que el personaje, y mi padre también falleció. Sentí como hilos que me conectaban con ella y me llena de alegría que sea una historia que nos representa e identifica a los caraqueños”, afirmó Jaimes.

Maryelis Rivas, quien realiza el papel de la madre venezolana que trabaja como acompañante sexual para mantener a su familia, indicó que la película no solo representa a Caracas sino a Venezuela y que su historia en particular es un símbolo de las madres venezolanas que harían lo que fuera por sus hijos.

“A pesar de que la película se grabó hace un año, es un fiel reflejo de la situación actual en el país en el que como personajes a cada uno de los actores nos deja algo diferente. Creo que nos deja a nosotros es a la reflexión, ¿Qué vemos de Parque Central que a nosotros no nos gusta? Entonces cambiemos nosotros para que Caracas también cambie”, indicó Rivas.

La cinta realza la complejidad y las características de los venezolanos, en uno de los contextos históricos más duros del país, que invita a los que la observan a sentirse uno más del sector sin importar los estratos sociales y percatarse de que los lugares también ocupan un espacio dentro de las historias de la vida.


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