Se acabó. Con Avengers: Endgame, llega a su fin la línea argumental que se inició 22 películas atrás, títulos que integran hasta la fecha el universo cinematográfico de Marvel, conocido entre los fans por sus siglas en inglés MCU. Y es también la despedida de algunos héroes cuyas vicisitudes hemos seguido de cerca a lo largo de esta aventura de una década de duración

Durante las tres horas que dura Endgame, los Vengadores enfrentan y matan a Thanos (Josh Brolin), que había usado el Guantelete del Infinito para eliminar a la mitad de los seres vivos en el universo con un chasquido de sus dedos. La película retoma el argumento cinco años después, con los Vengadores atormentados por el remordimiento y por la pérdida, hasta que el inesperado regreso de Ant-Man (Paul Rudd) echa a rodar un viaje al pasado para recuperar las Gemas del Infinito.

La vertiginosa sucesión de acontecimientos es fruto de la imaginación de los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, también autores de Infinity War, las tres películas de Capitán América, Thor: un mundo oscuro y la serie Agent Carter (disponible en Netflix). En una reciente entrevista, hablaron de las muchas posibilidades que ofrecía Endgame, de los caminos que eligieron no tomar, y de las decisiones sobre quién sobreviviría y quién no.

¿Cómo decidieron el momento de la película en que ocurrirían los hechos cruciales de Infinity War y de Endgame?

Markus: El momento más importante tal vez haya sido el «chasquido de Thanos». Casi de entrada nos dimos cuenta de que si no lo poníamos al final de la primera película, esta no tendría un final, pero que si lo adelantábamos demasiado era un anticlímax, porque después de haber barrido con la mitad del universo, íbamos a tener a los personajes boyantes durante media hora más.

McFeely: Otro hito argumental es el regreso de los personajes. Ahí la pregunta era: ¿al principio o al final de la segunda película? Si se fijan, los Vengadores que quedaban en pie sobre el tablero eran los integrantes del grupo original (Capitán América, Iron Man, Thor, Hulk, Black Widow y Hawkeye), entonces ellos tienen el lugar que se merecen. Así que los que son muy fanáticos de Doctor Strange, de Pantera negra, del Soldado del invierno o de Falcon, apenas van a verlos. No hay forma de dejar a todos conformes.

—¿Cómo decidieron qué personajes iban a sobrevivir Infinity War?

Markus: De lo que estábamos seguros era de que Capitán América y Tony Stark tenían que enfrentar las consecuencias de lo que había pasado, honestamente, para que pudiéramos verlos sufrir. Por eso en Infinity War hay personajes que tienen mucho espacio, como los Guardianes de la Galaxia, mientras que el Capitán y Natasha tienen roles relativamente chicos y lo único que hacen es repartir trompadas, justamente porque en la segunda película iban a tener mucho protagonismo.

McFeely: Curiosamente, Thor (Chris Hemsworth) tiene una historia que abarca las dos películas.

Markus: Sí, es un personaje muy popular, y eso que al principio lo consideraban aburrido.

—De alguna manera, Endgame engaña al espectador al hacer que los héroes liquiden a Thanos al comienzo de la película, para luego mostrar que eso no resolvió nada. ¿Era importante ese engaño?

McFeely: Tuvimos ese problema desde un principio. Si Thanos tenía el arma de destrucción definitiva, podía saber lo que se le venía. Era absurdo. Nos dimos la cabeza contra la pared durante semanas, hasta que en un momento nuestro productor ejecutivo, Trinh Tran, dijo: «¿Y si lo matamos?». Los demás le seguimos la corriente y empezamos a preguntar, «¿y si lo matan y listo? ¿Por qué matarlo? ¿Y por qué permitiría Thanos que lo mataran?

Markus: Y la respuesta fue que eso reforzaba los planes de Thanos. Sin convertirlo en una especie de mártir, pero en algo así como «si tengo que morir, muero ahora satisfecho».

—Durante la primera hora de Endgame, todo es sombrío y descorazonador. ¿No les pareció muy arriesgado para una película que generaba tanta expectativa?

Markus: Me pareció menos arriesgado después de ver la reacción del público con Infinity War. Nunca sabés cómo vas a impactar emocionalmente a la gente. Nosotros hace años que estamos dando vueltas con estos temas, así que ya no tenemos una respuesta emocional. Pero cuando ves a la gente llorando en el cine, sientes que tienes que respetar esas emociones.

McFeely: Durante las proyecciones de prueba, era el momento más incómodo para la gente, porque uno se permite llorar hasta cierto punto. En ese primer acto no parece haber la menor esperanza. En la mayoría de las películas de superhéroes, al final del segundo acto los héroes son derrotados durante cinco minutos, pero acá ya habían pasado cinco años, y nos parecía importante que se notara la diferencia.

—Esa idea de derrota sigue con la visita de Scott Lang a un monumento a los caídos en San Francisco. 

McFeely: En el guion teníamos referencias de  monumentos similares en todas las ciudades del planeta, con los nombres de millones de muertos.

Markus: Es esa sensación de tragedia colectiva, cuando uno se levanta a la mañana siguiente de un acontecimiento de esta magnitud y se da cuenta de que sigue ahí. ¿Cómo superar eso? Stan Lee conocía muy bien ese truco: ahora que tengo tal o cual superpoder, ¿de dónde viene la amenaza?

La evolución de los personajes

—¿Cómo decidieron el recorrido personal de los héroes en Endgame?

McFeely: Chris y yo escribimos un plan de trabajo maestro durante el rodaje de Civil War, y una de las cosas que nos interesaba investigar eran los cómics de tipo ¿qué pasaría si…?». Bueno, ese era nuestro «¿qué pasaría si…?». Thor engordaba, Natasha (Scarlett Johansson) se encerraba, Steve (Chris Evans) se deprimía. Tony seguía adelante con su vida y Hulk continuaba siendo un superhéroe.

Markus: Clint Barton (Jeremy Renner) se convierte en un maníaco asesino. Cuando tirábamos las primeras ideas para Endgame, empezamos con Thor en una misión de venganza. ¡Es lo único que sabe hacer! ¡Y siempre falla! Hagamos que se choque contra una pared a ver qué sale de ahí.

McFeely: Y lo que hace es emborracharse y engordar.

—Hulk sale mejor parado. 

Markus: En un momento de Infinity War, Banner (Mark Ruffalo) se convierte en un Hulk inteligente. Era divertido, pero caía en mal momento. Todos los demás estaban para abajo, y él se hacía el gracioso. 

McFeely: Ocurrió en Wakanda. El recorrido de Banner era: «No me llevo bien con Hulk, así que Hulk no va a salir». Pero después llegaron a un acuerdo y apareció el Profesor Hulk.

Markus: Pero iba a ser Smart Hulk en la siguiente película. Así que en esa escena de Endgame en la cafetería nos preguntamos, ¿cómo pasamos de golpe a Smart Hulk sin antes mostrarlo manipulando genes en algún laboratorio?

McFeely: Yo había escrito escenas en un laboratorio, pero al final quedó simplemente él comiendo panqueques en una cafetería, y creo que funciona bastante bien.

Markus: Todo arranca cuando Rudd dice :»¡Estoy tan confundido!».

—Aunque Ant-Man no aparece en Infinity War, en el epílogo de Ant-Man and the Wasp nos enteramos de que el Chasquido de Thanos también lo había afectado. ¿Cómo fue que decidieron aprovechar eso en Endgame? 

McFeely: A fines de 2015, nos avisaron que íbamos a escribir la película número 19 (Infinity War) y la película número 22 del MCU. Así que decidimos mezclar todo. Fue un momento clave, porque como Ant-Man tiene su propia película, podíamos meterlo en la acción, y como en su filme recién siente su personaje los efectos del Chasquido en el epílogo, eso nos abría una ventana para presentar los hechos de Endgame. Son cosas que uno puede hacer cuando trabaja con mucha antelación y planificación. El tono de la película de Ant-Man es raro, ¿vieron? Porque es como una luz, la última risa antes de que mueran todos.

—La transformación de Hawkeye es sin duda la más oscura que haya dado un héroe de Marvel. 

McFeely: Es un buen ejemplo de esos personajes que tuvieron una historia mucho más rica después del Chasquido. ¿Qué particularidad tenía la historia de Hawkeye? Que dejó a su familia para salir a pelear, y es lo que hizo en Civil War. La esperanza era que saliera a matar a los malos.

Markus: En determinado momento consideramos poner esa escena de arquería en Infinity War. Escuchábamos el chasquido, y de pronto aparecíamos en la granja de Clint, y ese era el primer indicio de que el chasquido había tenido efectos más amplios. Pero el problema era que hasta ese momento, literalmente casi no había aparecido en la película. Joe Russo nos dijo que mejor poner esa escena al inicio de la segunda película.

—Cuando vieron lo exitosas que fueron Pantera negra y Capitana Marvel, ¿no pensaron en buscarles un lugarcito a esos personajes?

Markus: No había tiempo de ajustarlo. Nosotros empezamos a rodar simultáneamente Infinity War y Endgame, antes de Pantera negra, y seguíamos rodando cuando esa película se terminó. Lo mismo pasó con Capitana Marvel. Nuestras escenas con Brie Larson se rodaron antes que su película en solitario. O sea que ella estaba diciendo el texto de su personaje 20 años después de su historia de origen, historia que aún no se había escrito. Es una locura.

McFeely: Es cierto que en Endgame Capitana Marvel está menos presente de lo que uno querría. Pero esa no es la historia que queríamos contar, sino la de los Vengadores originales, que enfrentan sus pérdidas y llegan a un desenlace. Carol Danvers pertenece a una nueva camada.

—¿Hubo otros personajes de Marvel que quisieron incluir en estas películas y no pudieron? 

Markus: En la primera película intentamos poner al Tribunal Viviente en una escena. Aparecía durante la batalla en Titan, pero a todo el mundo le parecía un disparate.

McFeely: El Tribunal Viviente tiene tres cabezas. Eso le imprimía un nivel de arquitectura totalmente diferente al universo. Era demasiado para meterlo así como así.

—Al principio de Endgame, la película salta cinco años hacia el futuro. ¿Se inspiraron en esas series de televisión que también usaron ese recurso?

McFeely: Es el precio que tuvimos que pagar para que la película pudiese terminar como queríamos nosotros. Tenía que ser verosímil y durar mucho tiempo, tanto en la película como en términos del tiempo cronológico de los personajes. No podíamos matar a Natasha, Tony y Steve sin antes mostrar que habían cumplido con su tarea y que eso los había conducido al abismo. Mencionamos la primera temporada de la serie Fargo, donde el salto es de un año, y uno queda alucinado. Ojalá con Endgame la gente reaccione igual.

Markus: Lo mismo pasaba con los saltos hacia adelante en la serie Lost, que te dejaban helado.

—¿Cómo surgió la línea argumental del viaje en el tiempo? 

McFeely: En determinado momento, Kevin Feige (presidente de Marvel Estudios), dijo que le gustaría que se usara la Piedra del Tiempo, o el tiempo como elemento narrativo. Nos rompimos la cabeza durante dos semanas pensando qué era lo más loco que podíamos hacer con el tiempo sin que se nos derrumbara la película.

Markus: Cuando dijo eso nos quedamos ahí sentados pensando, «¿en serio? ¿Nos vamos a meter con los viajes en el tiempo?». Pero cuando nos pusimos a pensar qué personajes disponibles teníamos, nos dimos cuenta de que no habíamos usado a AntMan. O sea que en el interior del Universo Marvel habíamos encontramos un elemento temporal y un personaje disponible. ¡Un vacío legal sin hacer trampa!

—Tal como está formulado el viaje en el tiempo en la película, alterar el pasado no modifica el presente. ¿Cómo decidieron ese detalle crucial? 

Markus: Miramos muchas historias de viajes en el tiempo y nos dimos cuenta de que de otra manera no iba a funcionar.

McFeely: Fue por necesidad. Si cada vez que vas al pasado cambia algo, el efecto se multiplica exponencialmente. Trajimos a físicos que nos explicaron que Volver al futuro se equivoca.

Markus: Básicamente, los físicos nos dijeron lo mismo que dice Hulk en esa escena, o sea, que si vas al pasado, el presente se convierte en tu pasado y el pasado se convierte en tu futuro. Así que no hay razón para que cambie.

—¿Intentaron algún otro abordaje?

McFeely: En el primer borrador, no volvíamos a los Vengadores originales. Volvíamos a Asgard. Pero si prestan atención, en el MCU hay un momento en el que la Gema de la Realidad está ahí, y el Teseracto está en la bóveda. En esa versión, nos interesaba que Tony Stark (Robert Downey Jr) fuese a Asgard. Tenía un traje invisible y luchaba contra Heimdall (Idris Elba), quien de todos modos podía verlo.

Markus: Thor tenía largas escenas con Natalie Portman. Y Morag, el planeta en el que Peter Quill (Chris Pratt) encuentra el Orbe, era demasiado complicado.

McFeely: ¡Porque estaba bajo el agua! Era una idea ingeniosa, pero demasiado complicada desde el punto de vista escénico. Pero esa línea argumental no permitía que Thanos y sus hijas se sumaran en el momento justo. Así que volvimos al momento en que Peter Quill estaba ahí, y nos dimos cuenta de que es muy gracioso cuando a Quill le pegan en la cara.

Markus: En esa versión, los viajes eran otros. Iban a Triskelion para buscar el Teseracto, y después alguien se iba a subir a un auto para llevar a Doctor Strange a su casa.

McFeely: Ahora que lo cuento me pregunto en qué estábamos pensando.

Markus: Era la etapa en la que intentábamos no volver a los Vengadores originales, porque nos parecía demasiado facilista.

McFeely: No siempre la pegamos.

Markus: Lo obvio nos parecía tan obvio que era demasiado obvio.

La batalla final 

Markus: Creo que se la veían venir.

McFeely: Y por eso la película tardó tanto. Fueron 200 días de rodaje para las 2 películas.

Markus: Escribimos una batalla mucho más larga, con su propia estructura de tres actos.

—¿Escribieron escenas de esa secuencia que finalmente no quedaron en la película?

McFeely: Hubo escenas que no salieron bien, como una en la trinchera, donde por una razón u otra, la batalla quedaba en pausa durante más de 3 minutos y teníamos a 18 personas dando vueltas diciendo: »¿Y ahora qué hacemos? Voy a hacer esto. Voy a hacer aquello», todos rebotando en una cosa completamente falsa, inverosímil. Cuando hay tantos personajes en una misma escena, es inevitable que terminen diciendo una sola línea de texto cada uno. El diálogo se vuelve poco natural.

Markus: También implicaba que en medio de una batalla despiadada encontraran un lugar lo suficientemente resguardado como para mantener una conversación. No era la Primera Guerra Mundial, donde había treguas para descansar.

—¿Cómo coordinaron el momento en el que todas las heroínas de Marvel pelean juntas?

McFeely: Lo discutimos mucho. ¿Era entretenido o era facilista? Le dimos vueltas y más vueltas y al final lo dejamos. ¡Nos gustaba demasiado!

Markus: Parte de la gracia de las películas de los Vengadores son esos subgrupos que se arman. Marvel ha acumulado una increíble cantidad de personajes. Hay alienígenas locos. Hay un grupo de mujeres bravas. Hay tres o cuatro tipos con trajes de Iron Man.

—¿Tenían a su disposición otros personajes que decidieron no usar? 

Markus: Cuando empezaron a volver todos los personajes, hubo un momento en el que literalmente pensamos en traer de vuelta a Michael Douglas y Michelle Pfeiffer, pero con trajes de Ant-Man. Lo pensamos seriamente, ¡pero iba a ser una orgía!

—¿Evaluaron usar a los héroes de las series de Netflix, como Daredevil o Jessica Jones? 

McFeely: Tendríamos que haberlos presentado, uno por uno, y ya partíamos del supuesto de que el público había visto muchas películas anteriores. ¿Valía la pena asumir que toda esa gente tenía subscripción de Netflix y había visto esas series? ¿Y para qué? ¿Para que al ver la película dijeran: «¡Mira, ahí está!»?

Markus: Además, también nos arruinaba la línea de tiempo. Creo que el único personaje que pasó de la televisión a las películas es Jarvis (James D’Arcy) de Agent Carter.

—¿Podrían haber usado personajes de Disney adquiridos de Fox, como XMen o los Cuatro Fantásticos? 

McFeely: Legalmente, no era posible. 

Markus: Creo que ahora se podría, pero por entonces no. Todavía falta por salir una película de X-Men (Dark Phoenix, que se estrena en junio). No podemos relanzarlos antes de que ellos terminen.

—Endgame tiene algunos sorprendentes paralelismos con Game of Thrones, en cuyos últimos episodios los héroes también aparecen preparándose para una gran batalla que luego también se muestra. ¿A qué atribuyen esas similitudes? ¿Alguna vez se inspiraron en la serie?

Markus: Recuerdo que Game of Thrones fue una referencia cuando hicimos la primera película, Infinity War. ¿Durante cuánto tiempo podías mantener líneas argumentales separadas sin que la gente sintiera que son historias distintas? ¡En Game of Thrones hay personajes que recién se están conociendo ahora!

McFeely: Piensen lo que piensen del resultado de Endgame, es una película compleja. No es una secuela más.

El final del viaje 

—¿Por qué tiene que morir Natasha Romanoff?

McFeely: Para nosotros, si Natasha lograba reunir de nuevo a los Vengadores, su viaje estaba terminado. La historia de ella es tan terrible, de tanto abuso, que cuando tiene la oportunidad de recuperar a su familia, siente que entregar su vida para lograrlo es justo. Para nosotros, lo más difícil era que el público iba a tener muy poco tiempo para llorarla, porque cuando muere, todavía está todo en juego. Perdimos a un gran personaje, un personaje femenino, ¿cómo lo honramos? Porque nosotros lo vemos desde nuestra perspectiva de hombres, y son muchos los tipos que se ponen tristes cuando muere una mujer.

Markus: Tony tiene su funeral; Natasha, no. En parte eso se debe a que Tony es una importante figura pública, mientras que ella es una incógnita para el mundo de nuestra ficción. No era honesto para con la historia que su personaje tuviera un funeral de Estado. La gran pregunta es la que se hace Thor en el muelle: «Si tenemos las Gemas del Infinito, ¿por qué no la traemos de vuelta?».

McFeely: Pero el trueque es eterno: si la traes de vuelta, perdés la gema.

—¿Otro resultado posible no era que Clint Barton se sacrificara en lugar de ella?

McFeely: Por supuesto. Pero Jen Underdhal, nuestra productora de efectos especiales, leyó un borrador donde el que caía era Hawkeye. Nos dijo: «No le quiten eso a Natasha». Cuando me acuerdo de eso, no puedo evitar emocionarme.

Markus: Y tenía razón. Era demasiado melodramático que él muriera y no recuperara a su familia. Es mucho más justo y adecuado que haya sido ella.

—¿Tony Stark también tenía que morir?

McFeely: Todos sabían que este sería el fin de Tony Stark.

Markus: Yo no creo que existiera ese mandato. De haber existido una buena razón para que no muriera, a la gente le habría gustado verlo sobrevivir.

McFeely: La consigna era cerrar este capítulo, y el capítulo había empezado con él.

Markus: De algún modo, Tony había sido el espejo de Steve Rogers. Mientras Steve avanza hacia una especie de interés personal, Tony se mueve en sentido opuesto, hacia la abnegación y el altruismo. Y ambos llegan a su destino.


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