Una presencia femenina innegable. Hollywood se impregnó de un discurso que más que feminista, luchó por una igualdad transversal. Y no fue una, sino que varias las figuras de una industria históricamente machista y desigual las que dieron la cara —a través de testimonios, acciones o con su trabajo— para acabar de alguna forma con la presión del status quo masculino.

Para comenzar hay que rescatar, sin duda, un fenómeno que no se puede dejar pasar. Incluso la revista Time eligió como Persona del Año a quienes «rompieron el silencio» sobre los episodios de abuso y acoso sexual en el mundo del espectáculo. Justamente, en esta categoría entran aquellas que decidieron denunciar y destapar el escándalo sexual más grande del último tiempo en el rubro: Harvey Weinstein.

Actrices, modelos, productoras y directoras alzaron la voz y se unificaron en un movimiento formado por la actriz Alyssa Milano. Junto a ella rostros como Rose McGowan, Ashley Judd, Gillian Anderson, Lady Gaga, Debra Messing y miles de otras en EE UU y todo el mundo, se sumaron a la campaña que busca visualizar las agresiones sexuales.

La primera pieza fue Weinstein, pero el fenómeno permitió que otros nombres de Hollywood surgieran como «depredadores», dando cuenta de las prácticas a las que incurrían muchos de estos personajes.

La TV: Un lugar de y para las mujeres 

Qué mejor espejo de la sociedad que los medios. Uno de ellos, la televisión. Aprovechando la proliferación de series, en el apogeo de la pantalla chica, salieron al aire producciones que dieron más sentido a mostrar el rol de las mujeres, a ver cómo sufren —o cómo podrían hacerlo— y a dar cuenta que tienen igual o mejores capacidades que los hombres.

Adaptada del libro de Liane Moriarty, HBO con la gestión de Reese Witherspoon y Nicole Kidman llevaron a la pantalla esta serie que se llevó los aplausos de la crítica y ocho premios en la última edición de los Emmy.

La producción retrató la violencia de género e incluso las dinámicas entre las mismas mujeres en una comunidad hasta el cuello con las apariencias. A Witherspoon y Kidman se le unieron en el reparto Laura Dern, Shailene Woodley y Zoë Kravitz.

Otro de los espacios que permitió que la TV —pese a que es representante del streaming— fuera un «lugar seguro» para las mujeres fue «The Handmaid’s Tale».

También adaptación de una novela, esta vez de El cuento de la criada de Margaret Atwood, la serie protagonizada por Elisabeth Moss retrató excelentemente un mundo cruel e injusto, donde la mujer pasa a ser un objeto dentro de una concepción religiosa en un mundo distópico.

The Handmaid’s Tale ayudó a visualizar la opresión hacia la mujer, contrapuesta con un empoderamiento atroz de la actuación de Moss en ella y acompañada de tantos otros rostros femeninos en un proyecto que se lleva todos los méritos que tiene.

Podría asociarse a un aspecto más comercial, pero el éxito que fue Mujer Maravilla para la taquilla internacional (recaudó más de 820 millones de dólares a nivel global) fue a la par con el significado que tuvo tener al personaje de DC Comics en la pantalla grande.

Por primera vez Diana Prince llegaba a las grandes ligas de Hollywood con su propia película. Pese a que tuvo su primera aparición el año pasado en «Batman v. Superman», la superheroína logró más notoriedad en solitario.

Y es que este buen recibimiento no solo se debe a la actriz Gal Gadot, sino que también a quien estuvo detrás de cámaras en la dirección, Patty Jenkins.

La cineasta junto con Gadot lograron no sólo un blockbuster mundial, sino que una pieza cinematográfica icónica para la historia. Mujer Maravilla no sólo retrató un mundo sin hombres en la isla de las Amazonas, sino que enalteció las virtudes de una mujer, siendo también una crítica abierta al machismo de antaño, que sin duda sigue hasta el día de hoy.


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