Atlanta es una serie extraña. Los primeros capítulos no son fáciles de desentrañar. El espectador no sabe muy bien si está ante una comedia, un drama o una historia de pandilleros y raperos. Es que Atlanta se nutre de todo para lograr una historia repleta del suficiente sarcasmo que le permite a su autor exponer las contradicciones de cierta parte de la sociedad estadounidense.

Una vez comprendida y aceptada esta confluencia de puntos de vista, el programa transmitido por FX sorprende por la sencillez de su puesta en escena para tocar asuntos tan espinosos como la violencia callejera, el racismo y el mea culpa blanco por los años de segregación.

El responsable de este relato es Donald Glover, protagonista, director, guionista y productor de Atlanta. Este año fue nominado a los premios, por cada uno de los roles que desempeñó en la serie. El hizo historia al ser el primer negro en obtener la estatuilla al Mejor Director en Serie Comedia, además del reconocimiento a su papel protagónico. De cuatro nominaciones, ganó dos.

Glover, que no tiene ningún parentesco con Danny Glover, no es ningún novato. Nació en 1983 en una base aérea en California y ha realizado varios cortometrajes escritos y actuados por él mismo. Pero tuvo que esperar el momento en que Tina Fey lo invitó a participar como escritor de la serie 30 Rock, varias veces premiada en los Emmy, para entrar de lleno en una industria en la que ha escalado posiciones y prestigio.

En 2011, en una entrevista que concedió a la revista Rolling Stone, bromeó al decir que su madre nunca lo dejó ver Los Simpson, pero sí Los Muppets. “Lo que me afectó mucho más el cerebro. No me permitieron ver un show hecho por graduados en Harvard, pero sí uno realizado por hippies en drogas”.

Así justifica su trabajo, ese humor e ironía que lo caracterizan.

Entre 2009 y 2014 formó parte de Community, la serie que en Venezuela transmite Comedy Central sobre un grupo de estudiantes que asisten a una universidad comunitaria, donde suelen reunirse a discutir los asuntos más insólitos que le ocurren a cada uno por separado. Es como una terapia grupal sobre sus vicisitudes más engorrosas y aspiraciones a veces absurdas.

El estrellato apenas comienza. Después del éxito de Atlanta, que le valió también un Globo de Oro, ahora su nombre aparecerá en otros proyectos que atraerán seguramente a bastante público. Interpretará, por ejemplo, al joven Lando Calrissian en el spinoff de Star Wars sobre el personaje Han Solo. Además, su voz será la de Simba en la película de acción real El rey león, el clásico animado que Disney estrenó en los años noventa.


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