Juan Arango se convirtió en emblema de la Vinotinto. En la cancha, era depósito de la esperanza de miles por la victoria segura o la remontada de último minuto que acercara al equipo a un Mundial de Fútbol, ese sueño hasta ahora frustrado de una selección de alegrías y decepciones.

Brindó regocijos a muchos cuando estuvo en la oncena. El tiro libre era su arma letal, el suspenso que encontraba en el balón el mejor verbo para un sinfín de predicados.

Hacer un documental sobre su vida no es apresurado. Fueron más de 15 años en la Vinotinto y otros tantos en el extranjero. En México, Alemania y España protagonizó titulares durante años. La zurda lo convirtió en noticia.

Arangol se llama la película de no ficción realizada por Emil Zabala que se estrena el viernes en el país. Cuenta la historia de superación de ese niño nacido en Maracay que llegó al estrellato gracias a su destreza en la cancha.

El largometraje destaca innumerables atributos de Arango, todos ellos subrayados por los entrevistados: familiares, amigos, compañeros y directivos de equipos como el RCD Mallorca y el Borussia Mönchengladbach de la Bundesliga, en los que tuvo sus mejores años en el exterior, sin dejar a un lado su paso por México. También hablan las nuevas generaciones de la Vinotinto que llegaron a compartir con él en las eliminatorias. Aunque faltan testimonios como los de César Farías y Richard Páez.

La película está hecha a la medida del futbolista que hasta hace poco formó parte del Cosmos de Nueva York. No hay discrepancias, solo elogios para una de las figuras estelares del deporte venezolano, el jugador al que muchos conocen por la zurda de oro.

Zabala busca dejar registro de la existencia del mediocampista, pero no le da suficiente voz. El espectador se queda con muchas preguntas cuando termina de ver el filme. Por ejemplo, se ve la rueda de prensa en la que el año pasado el ariete anunció su retiro de la selección nacional, pero no indaga más. No existe un testimonio que detalle cómo fue ese proceso, las dudas, las razones, los miedos. No hay mayor profundidad en un hecho público que puede encontrarse en Youtube. El documental transcurre con imágenes de archivo y entrevistas con pocas intervenciones del protagonista, quien deja con ganas de conocer más detalles de sus hazañas y derrotas.

En la presentación de la película, Arango fue enfático al decir que solo aceptó que mostraran su vida deportiva, más no la privada. Pero no se trata de amarillismo, sino de preguntas que tantos tienen sobre decisiones y momentos importantes de su carrera. Falta intimidad.

Zabala hace una advertencia sobre las imágenes usadas. Indica que obtuvo los derechos de los equipos europeos para reseñar la participación de Arango en aquellas tierras, pero en Venezuela tuvo problemas. “Es lamentable que no tengamos un archivo fílmico sobre fútbol. Lo que hay es de poca calidad”, afirma el director de la cinta, que tiene entre sus productores asociados a Esteban Trapiello.


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