La evolución tecnológica, los avances en el mundo digital y muchas otras herramientas que han hecho que el planeta se mueva a una velocidad vertiginosa y facilite muchos procedimientos de la cotidianidad no podía estar ausente de un área tan vital y sensible para los seres humanos en una era plagada de modernidad, como lo es la banca y las finanzas.

Es así cómo en los últimos 10 años la humanidad se ha familiarizado con el término Fintech. ¿Y qué significa este lacónico y pegadizo término? Combina dos palabras anglosajonas: Fin, por Financial (finanzas) y Tech por Technology (tecnología).

Fintech se ha vuelto cada vez más popular porque, entre otras razones, permite describir el uso de la tecnología para mejorar las actividades financieras convencionales, así como también, el diseño de herramientas y plataformas para prestar servicios financieros innovadores, explica el reconocido experto en negocios y planificación, Leonardo Montbrun.

“Fintech es la industria revolucionaria que vino a transformar la banca como solíamos conocerla, muchos de nosotros, ya utilizamos estas herramientas en nuestra vida cotidiana, que nos brindan la facilidad de realizar y recibir pagos digitales por algún servicio prestado o un bien comprado, envíos y solicitudes de dinero, obtener financiamiento, e incluso donaciones”, señala el cofundador de Montbrun Group.

Este evaluador de inversiones advierte que los nuevos banqueros serán muy diferentes a los que el público conoció hasta hoy. Ya no se trata solo de tener habilidades en economía, administración, contabilidad, manejo de activos, inversiones y manejo de riesgo, sino también en la habilidad de innovar, crear y construir modelos y plataformas financieras seguras, eficientes y fáciles de usar.

“Recuerdo 20 años atrás, siendo tan solo un niño de 10 años de edad, en mi Venezuela natal la cantidad de tiempo que pasé en los bancos haciendo largas filas frente a las taquillas, acompañando a mi madre a pagar mi colegio o a mi padre a depositar el efectivo de sus ingresos por todos los traslados que hizo durante la semana como taxista. En esa época, me tenía que conformar con jugar con un carrito, utilizando las barandas del banco como mi pista”, rememora un pasado lejano quien también ha saboreado el éxito en gestiones de crisis y relaciones públicas.

Pero el cambio llegó y los bancos comenzaron a usar la tecnología para mejorar muchos procesos. Entendieron que explotar el boom tecnológico era mucho más económico que abrir sucursales comerciales y así no colapsar a las ya existentes. Pero no fue suficiente  -apunta Montbrun- pues con la llegada de diferentes crisis económicas, para muchos bancos dejó de ser prioridad la modernización de procesos y operaciones, ya que están muy ocupados con los entes regulatorios, mantener sus licencias y obtener las nuevas, así como también, en el manejo de activos y riesgos.

Este contexto explica cómo, a pesar de transitar muy avanzado el siglo XXI y en el que todos suponen que la era digital es un hecho como en las películas de ciencia ficción, que en muchos bancos del mundo, aún el cliente debe ir personalmente para realizar una operación, mientras en otros, aunque parezca increíble, hasta solicitan documentos “vía fax”.

“Esto le ha abierto paso a grandes emprendedores a innovar plataformas, que desde tu teléfono inteligente en cuestión de segundos, puedas resolver tus operaciones diarias. Empresas como Uber, Airbnb, Amazon, Alibabá, Facebook, Apple y Zelle, por nombrar solo algunas, son plataformas que nos brindan entretenimiento, comodidad, conectividad y eficiencia para obtener un producto o un servicio. Lo que muchos no detallamos es que todas estas empresas, aunque no son bancos, tienen diferentes licencias financieras dependiendo del caso”, asegura este profesional que se autodefine como un tomador de riesgos calculados que ayudan a las empresas a prosperar.

Leonardo Montbrun recuerda que ya existen varias instituciones financieras Fintech que se autodenominan banco digital, ya que no tienen sucursales físicas comerciales o agencias con las características tradicionales. En estos casos toda la atención al cliente es en línea o virtual.

Pero investigaciones recientes dan cuenta que 2.500 millones de personas siguen fuera del sistema financiero. Ello supone que se está frente a un sendero en el que hay mucho para innovar, inventar y aportar para favorecer al ser humano.

“Es por eso que desde hace tres años, me dedico junto con un equipo de primera, a desarrollar soluciones como Montbrun Group y aplicaciones Fintech como son el caso de TrustT, Shasta y Eat In”, revela.

Detalla que Montbrun Group es un grupo de empresas con diferentes licencias financieras que dependiendo del país, puede operar como una casa de bolsa de intercambios de monedas convencionales y digitales, o como una empresa regulada para la administración de activos de clientes, tanto como un fondo de inversión como una institución de dinero electrónico.

Entre tanto, TrustT se perfila como una aplicación móvil que permite a sus usuarios comprar, vender, enviar y solicitar oro sin necesidad de tenerlo en físico y poder gastar parte de ese oro que tienen como ahorro en cualquier establecimiento con una tarjeta de débito.

“Eat In, es la app que traemos para descentralizar la industria de los restaurantes. Es la plataforma que conecta a cocineros desde sus casas con usuarios que quieren probar comida casera cerca de ellos; y por último, Shasta es una lujosa aplicación operada como un club, exclusiva mas no excluyente, que permite a sus usuarios enviar y recibir pagos, interactuar entre ellos, obtener distinto tipos de membresías y beneficios, así como también permitirles comprar criptomonedas de una manera fácil y rápida”, relata sus innovaciones.

Leonardo Montbrun afirma que mientras trabaja sin descanso en estas empresas que aportaran más herramientas Fintech, disfruta de esta industria desde la comodidad de su oficina en New York, pagando en este momento las clases de mandarín de su hijo, solicitando un Uber para su madre que está en Miami y ordenando un almuerzo.

“Mi objetivo en la vida es construir un mundo mejor para mi hijo y las generaciones venideras», puntualizó.


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