Devolver la posibilidad de caminar a pacientes que han sufrido daños en la médula espinal ha sido un avance largamente prometido por la ciencia, pero aún luce remoto. Sin embargo, en los últimos tiempos la tecnología  ha hecho progresos que permiten soñar con que a mediano plazo la humanidad pueda contar con dispositivos capaces de restaurar el movimiento perdido.

Uno de los grupos de investigación que trabaja en esa línea es el equipo de neuroprostética del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, en la ciudad de Lausana. Allí se han concentrado en la búsqueda de enfoques novedosos que puedan ofrecer esperanzas a quienes sufren de parálisis de los miembros inferiores, asegura el investigador Fabien Wagner, quien, como ganador de la beca Marie Curie Actions, fue uno de los científicos que acudió a la competencia Falling Walls Lab, en Berlín, Alemania, en noviembre del año pasado.

“Después de que se produce un daño en la médula espinal, las conexiones neuronales entre el cerebro y la médula se interrumpen, pero la sección que controla los movimientos de las piernas suele quedar por debajo del nivel de la lesión y es posible activarla artificialmente mediante estimulación eléctrica”, explica.

El equipo al que pertenece Wagner, dirigido por el neurocientífico Grégoire Courtine, se basó en esa premisa para desarrollar un modelo que han probado exitosamente en animales de laboratorio. Consiste en el uso de implantes de estimulación eléctrica que se colocan en las secciones de la médula que son responsables de flexionar y extender las piernas. Con el fin de lograr que los músculos funcionen según la voluntad del individuo, conectaron de forma inalámbrica los implantes con microelectrodos situados en la corteza cerebral, que decodifican las instrucciones que rigen el movimiento desde el cerebro. “De lo que se trata es de imitar el funcionamiento real de la locomoción”, indica Wagner.

En ratas y en humanos. Luego de quince años de investigaciones, el equipo de trabajo de Courtine ha logrado mostrar prometedores avances en laboratorio. Las pruebas, que pueden verse en los videos que han difundido sobre sus progresos, muestran a animales de experimentación, entre ellos ratas y monos en los que se indujo la lesión en la médula, que mediante el sistema de interconexión y apoyados en un arnés robótico, logran desplazarse a voluntad.

La estimulación eléctrica, junto con el entrenamiento para la marcha en estas nuevas condiciones, trajo un beneficio adicional, añade Wagner, pues promovió la neuroplasticidad; es decir, la adaptación y activación de las neuronas involucradas en estos movimientos, lo que se tradujo en “una considerable facilidad inmediata para favorecer la actividad muscular de las piernas”.

El año pasado comenzaron los ensayos clínicos que involucran a un pequeño grupo de pacientes humanos, pero, advierten los investigadores, aún será necesario esperar al menos diez años para que estos resultados se traduzcan en dispositivos tecnológicos que puedan ser utilizados fuera del ámbito experimental.

Desde una tablet

Durante el final de la competencia Falling Walls Lab, en Berlín, Alemania, Fabien Wagner, estudiante de posdoctorado del Instituto Federal de Tecnología de Suiza, presentó una propuesta que permitiría trasladar al hogar la tecnología experimental que se propone restaurar el movimiento de las piernas en pacientes parapléjicos. Hasta ahora, explica, este tipo de avance sólo se ha usado en laboratorio porque requiere de computadoras de alto rendimiento. Su idea es que los dispositivos involucrados en el desarrollo puedan manipularse desde una tablet.


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