Advertencias de seguridad y posibles vínculos con gobiernos extranjeros «que no comparten nuestros valores para llegar a posiciones de poder dentro de las redes de telecomunicaciones» son algunos de los motivos que presentaron seis agencias de seguridad de Estados Unidos respecto al uso de dispositivos fabricados por las compañías chinas Huawei y ZTE. 

Las relaciones de las empresas en el territorio estadounidense no han sido las mejores, esta es la primera recomendación formal que realizan los organismos, entre los que se encuentran la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI), frente a los productos.  

Según el testimonio de Chris Wray, director del FBI, frente al Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, indicó que la administración está «profundamente preocupado sobre los riesgos de permitir que cualquier compañía o entidad que está atado a gobiernos extranjeros que no comparten nuestros valores para llegar a posiciones de poder dentro de las redes de telecomunicaciones». 

Wray señaló sus dudas sobre las posibilidades de que este ingreso al país a través de los dispositivos le entregue la opción de «maliciosamente modificar o robar información. Además, les entrega la capacidad de conducir un espionaje que no sea detectado». 

En 2014 el gobierno de estadounidense prohibió contratos estatales con Huawei debido a que consideran que la compañía está formada por un ex ingeniero del Ejército de Liberación de China. 

La empresa que en septiembre del año pasado quedó como el segundo mayor fabricante de teléfonos inteligentes en el mundo -sólo por detrás de Samsung-  intentó ingresar al mercado norteamericano sin éxito. El último esfuerzo fue un acuerdo con AT&T para comercializar su Mate 10, sin embargo la operadora decidió no llevar a cabo la transacción a último minuto. 

Esta situación fue abordada durante la última versión de la CES en Las Vegas, cuando el CEO de Huawei, Richard Yu, lamentó que no se lograra llegar con el dispositivo, asegurando que fue «una gran pérdida» para la compañía, pero una aún mayor para los consumidores.

Adicionalmente, los legisladores estadounidenses están pensando en una nueva norma que prohíba a los empleados estatales portar dispositivos Huawei y ZTE definitivamente.


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