El juego de la “ballena azul”, un nombre que se antoja de fábula y aparentemente inofensivo, se convirtió durante las últimas semanas en un preocupante motivo de alarma en Colombia. Y es que a pesar de su denominación inocua, el juego –que se ha viralizado principalmente a través de redes sociales como Facebook, donde tiene más de 279.000 seguidores, y Twitter– reta a los adolescentes a cumplir 50 pruebas con diferentes niveles de dificultad. Entre ellos, no hablar con nadie durante un día, ver películas de terror durante 24 horas, despertarse a las 4:20 de la mañana, hacerse un agujero en la mano, cortarse los labios o dibujarse en la piel con un cuchillo la silueta de una ballena. El último consiste en suicidarse tirándose de un piso alto.

En Colombia, la primera alarma sobre el fenómeno la encendió la muerte de un adolescente de 14 años de edad en Bogotá, el 30 de marzo, al parecer siguiendo los retos que propone el juego.

El segundo caso ocurrió una semana después, el 8 de abril. Supuestamente inducida por este juego, una menor de 13 años de edad acabó con su vida en San Pedro (Valle del Cauca). Lo mismo hizo, y en principio alentada por el juego, otra niña de la misma edad, el 18 de abril, en Villa del Rosario (Norte de Santander).

El Tiempo estableció con investigadores de la policía que todos los menores usaron el mismo método para matarse. Y en al menos uno de los casos, la madre de la víctima afirma que lo hizo siguiendo los retos del juego.

Las autoridades, apegadas a las evidencias que han sumado, prefieren la prudencia. Voceros de la Fiscalía y la Policía advierten que en estos tres casos de suicidio las causas están aún por establecer. Lo que no quiere decir, como lo resume el general Jorge Luis Vargas, comandante de Dirección de Investigación e Interpol (Dijín), organismo a cargo de centralizar las investigaciones, que el fenómeno de la ‘ballena azul’ sea un tema menor.

“No lo hemos catalogado como un juego. Es una amenaza. Es ilegal lo que se está haciendo porque hay delitos comprometidos, como la inducción al daño físico”, dijo el funcionario al diario.

De hecho, la semana pasada la Interpol emitió una circular púrpura, que genera una alerta mundial sobre la “ballena azul”, fenómeno que tiene hoy a las autoridades colombianas trabajando sobre 10 casos de suicidio.

“Es latente la presencia de la ‘ballena azul’, no solamente en Colombia, también en otros países. Y hemos detectado usuarios colombianos que hacen parte de estos grupos”, dijo el general Vargas, quien está al frente de las pesquisas.

En tres semanas, los expertos en ciberdelitos de la Dijín han logrado ubicar 15 grupos en Facebook con el nombre de “ballena azul” y perfiles que los han llevado a establecer en Perú y Argentina direcciones IP (número que identifica el sitio desde donde se conecta virtualmente la persona).

La Dijín ha solicitado información y trabaja de la mano de autoridades de Chile, Uruguay, Bolivia y Brasil, países que la semana pasada lanzaron alertas sobre el fenómeno. Para los oficiales de la Dijín, lo alarmante tiene que ver más con la metástasis que ha hecho esta amenaza en redes sociales. “En la investigación concluimos que inicialmente estos grupos cerrados no tenían más de 20 o 30 integrantes, pero que en cuanto se empezó hacer mediático, en dos o tres días llegaron a tener más de 3.000”, señaló una investigadora.

“Hubo un grupo creado en México que hace 15 días tenía apenas 69 miembros. Y en solo tres días pasó a tener 4.799 integrantes. Esto lo atribuimos a que el tema se volvió viral y despertó la curiosidad de los jóvenes”, agrega la investigadora. De los grupos que la Dijínha detectado en Colombia, tres –con al menos 4.000 miembros– ya fueron bloqueados. Uno de ellos, llamado “La ballena azul Colombia”, con la ayuda de Facebook.

Algunos de estos grupos han cambiado de nombre para no llamar la atención. La investigadora recuerda uno denominado “La ballena azul suicida” que pasó a llamarse “Logia eléctrica”.

Las pesquisas también han llevado a la Policía hasta México, donde ubicaron seis grupos y donde se logró, con la ayuda de las autoridades de ese país, la captura de una persona.

El general Vargas destaca que dentro de los perfiles analizados en los grupos detectados en México se encontraron más de mil colombianos adultos, que solicitaron el ingreso.

También, agrega, en las redes sociales se han identificado otros grupos, que aunque no llaman al suicidio, sí buscan a través de troles (personas que envían mensajes que invitan a la violencia y al abuso) generar polémicas, especialmente a través de Twitter. La Dijínya identificó siete de estos grupos que se mueven por las redes.

Línea de defensa. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) también ha estado al frente del tema. El organismo reportó que, hasta el pasado viernes, había recibido siete denuncias que estarían relacionadas con casos derivados del juego, en Bogotá (4), Cundinamarca (1) Bolívar (1) y Norte de Santander (1).

En opinión de Cristina Plazas, directora del ICBF, por ningún motivo se le debe bajar el tono a la discusión al tema de la “ballena azul”, pues, según ella, es un problema real que podría afectar a más niños y al que hay que hacerle frente.

“Los padres deben ser la primera línea de defensa y de ellos depende tomar el control cuando los niños naveguen en Internet. Deben entender que estamos frente a una realidad y que si no se toman medidas puede haber consecuencias”, dice Plazas. Y enfatiza el hecho de que la “ballena azul” es solo uno de tantos riesgos a los que se exponen los menores en la red.

Por su parte, Carolina Piñeros, directora de Red Papaz, organización encargada de generar programas de protección de niños y adolescentes, explica que dada la etapa de desarrollo en la que se encuentran, los niños son propensos a interesarse en participar en desafíos.

En su opinión, no existe un perfil psicológico que defina a los niños que deciden involucrarse en este tipo de dinámicas, aunque aquellos que han tenido episodios de depresión podrían inclinarse más a participar en ellas.

Según las cifras del Instituto Colombiano de Medicina Legal, entre el primero de enero y el 31 de marzo del 2017 se suicidaron 65 niños entre los 5 y 17 años. Entre las razones que los llevan a quitarse la vida figuran el fracaso escolar, el maltrato físico y mental y la muerte de un familiar, de acuerdo con un análisis que la Universidad de la Sabana hizo a partir de esas cifras oficiales.

La “ballena azul” es un juego cerrado, su acceso no es público. Quienes desean participar deben ser aceptados por los administradores del grupo. Una investigadora de la Dijínexplica que los creadores del reto también se dan a la tarea de buscar posibles víctimas. Una vez identificados, los curadores envían invitaciones a través del chat de Facebook. Luego, los participantes tienen que realizar cada uno de los retos y enviar fotos que comprueben su cumplimiento.

¿Cómo protegerse?

Para que los menores no sean víctimas de alguno de estos juegos en Internet, Maximiliano Cantis, gerente de la empresa de ciberseguridad Eset para Latinoamérica, recomienda a los padres acompañar siempre a sus hijos. “Es importante estar alerta a síntomas como la fatiga, la falta de apetito y el insomnio. Revise las redes sociales de sus hijos para establecer si tienen contactos sospechosos con extraños. Además, instale el computador en un lugar visible para monitorear toda actividad en Internet”, añade.

Por otro lado, el experto sugiere generar un diálogo con los menores para que tengan la suficiente confianza de informar sobre cualquier experiencia negativa en la web.

En Brasil surgió una iniciativa que tiene como objetivo contrarrestar el impacto de la “ballena azul” que tiene por nombre la “ballena rosa” y como principal objetivo promueve el amor por la vida, a través de 50 retos que son publicados en Facebook y Twitter. Entre los retos está “dibujar con un lápiz de color una ballena rosa con una frase o una palabra de motivación y después publicarla en redes sociales”. 
De acuerdo con los creadores, los participantes deben cumplir una única norma: registrar todas las tareas en las redes sociales con el hashtag #Eusoubaleiarosa y mencionar a la cuenta @Eusobaleiarosa. El reto final de este proyecto, que además ya está disponible en español, es “salvar una vida”.


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