No ha habido otro equipo más activo en el mercado de cambios que los Tigres de Aragua. Desde que cayó el último out de la final, en enero, han cerrado siete pactos que involucran a 26 peloteros. Hablamos de más de la mitad de los 13 acuerdos que se han concretado en estos seis meses. No es un dato cualquiera.

Pareciera haber una tendencia en las transacciones de los bengalíes. Y esa tendencia hace que sea doblemente interesante evaluar el camino que ha seguido su directiva.

Los felinos han recibido a Jesús Aguilar, Henry Rodríguez, Anthony Santander, Ismael Guillón, Jhondaniel Medina, Yeltsin Gudiño, Franklin Barreto, José Quéliz, Jesús Parra, Erick Salcedo, Omar Narváez y José Enrique Martínez.

Para obtener a esos jugadores, entregaron a Ramón Flores, Pabel Manzanero, José Castillo, Renato Núñez, Wilfredo Ledezma, Alberto González, Víctor Gárate, Francisco Arcia, Yohán Pino, Jesús Alastre, Wuilmer Becerra, Alejandro Chacín, José Rondón y Juan Graterol.

El primer grupo está compuesto por peloteros de distinto estatus. Hay grandeligas, algunos veteranos, un par de prospectos y varias apuestas.

El segundo grupo está integrado básicamente por figuras de la LVBP, nombres conocidos, con la única excepción de Manzanero, un joven catcher con cierta proyección ofensiva y habilidad para jugar también en la primera base.

¿Qué busca el alto mando de los centrales? Obviamente, talento y competitividad. Pareciera también que abaratar la nómina de salarios ha sido objetivo adicional, porque los más experimentados también reciben ingresos más importantes. Pero las piezas adquiridas reúnen gran potencial, ciertamente.

Hay dudas, claro. Con el más reciente acuerdo ya son seis los recién llegados que últimamente no jugaron en la LVBP o lo hicieron con restricciones que afectaron a sus antiguos elencos: Aguilar, Santander, Guillón, Gudiño, Barreto y Narváez. ¿Cambiará la disponibilidad de esos seis? ¿Estarán a plena disposición del nuevo manager Ramón Hernández?

Es un asunto azaroso, con cierto grado de impredectibilidad. Aguilar y Narváez, los dos de más peso en esa docena, viven una temporada de consolidación en las Grandes Ligas, se han ganado la titularidad allá y han hecho un despliegue ofensivo que les hace candidatos a recibir un importante aumento de sueldo. Sin embargo, son oriundos de Maracay. ¿Cuánto pesará eso en su decisión de jugar o no, siendo que podrían hacerlo delante de sus parientes y amigos de la infancia?

Estas cosas no importaban en los tiempos de Luis Aparicio o el Chico Carrasquel, pero ciertamente tienen peso actualmente en el beisbol invernal.

También pesa la veteranía. Y no es poco lo que han cedido los rayados: Flores, Castillo, Núñez, Ledezma, González, Gárate, Arcia, Pino, Chacín, Rondón y Graterol son figuras establecidas, con buen recorrido en este circuito, sin contar con que Becerra y Alastre ya empezaban a ser de utilidad.

¿Cuál será el resultado de esta historia? Ahora mismo es difícil de precisar. Pero son muchas las piezas importantes que han tenido que ceder, nombres que aparecían a diario en los papeles que los Tigres entregaban a los umpires antes de cada encuentro. Sin duda que es un riesgo, que en Maracay deben haber calculado.

El resultado de todo eso empezará a verse en octubre.

@IgnacioSerrano

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