Los Tigres han emprendido una agresiva política en el mercado de cambios, que no se diferencia mucho de los últimos recesos entre temporadas, al contabilizar el número de transacciones.

El quinto cambalache en los menos de cinco meses que han transcurrido desde el final llevó a Maracay al grandeliga Franklin Barreto y al receptor José Quéliz por el también bigleaguer Renato Núñez y el lanzador Wilfredo Ledezma.

Lo primero que resalta es la presencia de dos jugadores con la dimensión de Barreto y Núñez, aunque en el caso de este último, eran tantos los rumores, y se escuchaban desde hacía tanto tiempo, que su salida de Aragua no resultó una sorpresa.

Llama también la atención que Ledezma fuera parte del paquete. Se entiende que los centrales están a la búsqueda de receptores, tras ceder a Juan Graterol y Francisco Arcia, y Quéliz viene a llenar parcialmente ese vacío, amplificado por la ausencia de Sandy León y Alex Monsalve, quien debía ser uno de los principales caretas del equipo en la 2017-2018 y nunca se reportó.

La inclusión del zurdo resalta el riesgo más grande que hasta ahora han decidido correr los aragüeños. A partir del 29 de enero, buscando reforzar otras áreas, han entregado a los pitchers Alejandro Chacín, Yohán Pino, Víctor Gárate y ahora el guariqueño, todas piezas de gran utilidad en un circuito como el nuestro, y en el proceso sólo han agregado a los apagafuegos Johndaniel Medina e Ismael Guillón.

En esta ocasión también cedieron un bate de gran poder, que ha jugado con frecuencia en la LVBP. Núñez es una pieza muy valiosa en este beisbol, porque ha seguido reportándose y no ha llegado a concretar su estatus de prospecto en la gran carpa. Carente de restricciones, pudiera darle al Zulia algo muy bueno a cambio, si se confirma el rumor sobre su deseo de pertenecer a una escuadra del centro del país, donde reside.

Barreto vale más hoy en día, en términos de la MLB, aunque eso no necesariamente se traslade a la pelota invernal. Apenas disputó un puñado de encuentros a su paso por los rapaces, tiene dos años que no lo hace y aún es posible su consolidación con los Atléticos de Oakland, lo que deja abierta la duda en cuanto a si tendrá autorización para regresar a su antigua organización.

Esa, por cierto, es otra curiosidad de este cambalache: el camarero y campocorto perteneció alguna vez a los bengalíes, que ya han recuperado a dos de los jugadores que enviaron a los aguiluchos en 2015, contando también al joven torpedero Yeltsin Gudiño.

¿Jugará Barreto? Y si lo hace, ¿por cuantos encuentros? Es la misma interrogante que quedara flotando en el ambiente tras la adquisición de Jesús Aguilar junto al Pollito Rodríguez, en el acuerdo con el Caracas, y en cierto modo es la misma pregunta que hay en referencia al slugger Anthony Santander y Guillón, a quienes el Magallanes entregó precisamente por su relativamente escasa disponibilidad en los tiempos recientes.

Quéliz luce como un buen catcher suplente y por ahora la gerencia parece depender de los muchos brazos jóvenes que crecen en las Menores, a fin de suplir las pérdidas. Han entregado experiencia muy valiosa, es verdad. Pero no parece que este vaya a ser el último cambio de los Tigres. Habrá que esperar hasta octubre, para apreciar el panorama final.

@IgnacioSerrano

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