Sí, tenemos un nuevo presidente en Venezuela. Desde el 11 de enero Juan Guaidó se convirtió en el nuevo Jefe de Estado, al asumir, como presidente de la Asamblea Nacional (AN), las competencias del Poder Ejecutivo ante el vacío de poder que se originó tras la juramentación írrita de Nicolás Maduro Moros.                                

En consecuencia, nada de lo que decrete el ilegítimo Nicolás Maduro y su camarilla tiene validez.  Ninguno de los disparates anunciados,  con eructos incluidos,  durante las cuatro horas de cháchara que se lanzó en la espuria Asamblea Constituyente. 

Ahora, el presidente Guaidó tiene el deber moral y político, y la responsabilidad histórica, de hacer valer la Constitución Nacional y restablecer el Estado de Derecho en el país. Anunciar al país que nada de lo que provenga  del ilegitimo tirano es legal.

La Asamblea Nacional como poder legalmente constituido, al lado del Tribunal  Supremo de Justicia en el exilio, tiene la obligación de acompañar al Presidente Guaidó en este proceso de transición que se inició hace unos días y debe culminar en la convocatoria a unas elecciones presidenciales libres, democrática y con todas las garantías posibles.

En Vente Venezuela, como bien lo dijo nuestra María Corina Machado,  estamos decididos a respaldar al presidente Guaidó en todas y cada una de las acciones que lleve adelante para desalojar al usurpador de la silla presidencial.

Soy de la tesis que cada uno de los partidos políticos que hacemos vida en el sector democrático de Venezuela debemos restearnos con el presidente interino de la nación y defenderlo de cualquier ataque que en las próximas horas organice el régimen de facto de Maduro, como lo ocurrido en el breve secuestro que el presidente Guaidó sufrió.

Y, sobre todo, les hago un exhorto a los ciudadanos. Son los  venezolanos en las calles los únicos que pueden lograr una presión determinante que haga que el régimen se desplome por completo.

La presión internacional es buena, las acciones llevadas adelantes por la Asamblea Nacional y el TSJ en el exilio allanan el camino de la transformación nacional, pero es realmente la sociedad el gran motor que moverá los acontecimientos en las horas y/o días.

Los venezolanos no podemos quedarnos de brazos cruzados; no podemos permitir que se sigan consumando injusticia en el suelo nacional. Tenemos que ser los forjadores de nuestro propio destino.

En este momento el presidente constitucional de la República es Juan Guaidó, y es a él a quien debemos respaldar en esta hora tan difícil que vivimos como nación.

También, es prioritario, que le haga un llamado a las  Fuerzas Armadas Nacional. Señores militares, Nicolás Maduro dejó de ser su Comandante en Jefe, él apenas es un usurpador en la Presidencia de la República y un violador flagrante de la Constitución nacional.

Ustedes, como ciudadanos de uniforme, tienen el deber constitucional de respetar a Guaidó como su Comandante en Jefe, porque así lo establece el texto constitucional.

En estas líneas aclaro que las acciones que se están ejecutando están completamente ajustadas a la Ley porque obedecen a los artículos 233, 333 y 350 constitucionales. Aquí los únicos que están  al margen de la legalidad son aquellos que obstinadamente persistan en la idea de mantener a Maduro en la presidencia de la nación.

¡Es la hora del cambio, no dejemos pasar esta oportunidad! La libertad se acerca…


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