Equivocadamente, una buena parte de los venezolanos afirman que el intervencionismo económico comenzó en el año 1958, con la caída de Marcos Pérez Jiménez y la llegada de los socialdemócratas. Es bastante común escuchar que la derecha en Venezuela terminó con la dictadura militar de Pérez Jiménez. Lo que ignoran es que este gobierno, tanto en la práctica como en la ideología, no era precisamente de derecha.

Primero, tenemos que situarnos en el contexto político, económico y social que rodeaba a la Venezuela de ese entonces. La Venezuela de los 50 era parte de la Latinoamérica de la industrialización por sustitución de importaciones. Desde la Gran Depresión en 1929, la élite venezolana había leído sobre eso que conocemos como el Welfare State – Estado de Bienestar –, inspirado en la teoría económica de Keynes.

A partir de 1933, el ex presidente norteamericano F. D. Roosevelt promovió un sistema mixto que sustituyera al liberalismo económico por medio del programa de la New Deal, con el fin de salir de la crisis que se produjo unos cuatro años atrás. La Venezuela de entonces, que quería modernizarse y superar el aspecto de aldea de sus pequeñas ciudades, adoptó el modelo mixto. Desde el año 1936, se hizo oficial que el Estado sería el principal promotor del desarrollo económico en Venezuela, dejando a la empresa privada en segundo plano.

Sin embargo, la participación económica nacional del Estado se había expandido algunos años atrás. Fue en los años veinte del siglo XX que se crearon las siguientes instituciones de carácter asistencialista: el Banco Obrero; y el Banco Agrícola y Pecuario. En 1928, el Estado Venezolano comenzó a actuar directamente en el sistema financiero con la creación de dichos bancos. Con la caída de Gómez, el Estado amplió su patrimonio empresarial con la confiscación de los bienes de Gómez.

Este proceso continuó hasta el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. El Estado Venezolano se siguió fortaleciendo y se convirtió lentamente en el Estado Paternalista que conocemos hoy en día. Durante los gobiernos de López Contreras, Medina Angarita – para algunos, el primer gran demócrata del siglo XX en Venezuela – y Trienio Democrático. Cabe destacar que, en el año 1947 se creó la Corporación Andina de Fomento.

Si uno analiza las publicaciones de los diarios voceros del régimen perezjimenista, el Nuevo Ideal Nacional planteaba un modelo mixto de gobierno entre lo mejor del capitalismo liberal y el comunismo. En el diario El Heraldo, perezjimenista desde 1953 hasta 1958, son comunes las comparaciones entre Venezuela y la Unión Soviética. En particular, esta afirmación del 20 de septiembre de 1954 llama mucho la atención del lector:

“De otra parte, y es bueno decirlo de una vez por todas, vivimos en Venezuela en un capitalismo de Estado muy parecido al que impera en la Unión Soviética. Nuestro sentimiento igualitario inspira realizaciones sociales de vastas proyecciones. Cualquier país colectivista envidiaría las Casas Sindicales y las Concentraciones Escolares al alcance de todo ciudadano, así como los servicios sanitarios y asistenciales.”

Luego de consultar la prensa de la época, uno ve que las comparaciones entre Venezuela y la Unión Soviética eran, cuando menos, interesantes. La información publicada en el diario de corte perezjimenista El Heraldo es una valiosa fuente para entender la dirección del gobierno de Marcos Pérez Jiménez en la nación caribeña. Muchos de los seguidores de Pérez Jiménez comprenderían mejor a su líder si leyeran ese diario, disponible en la Hemeroteca Nacional y en ediciones de la Biblioteca Nacional.

Como era de esperarse, el Estado Venezolano se fortaleció en los tiempos de Pérez Jiménez y en más de una ocasión, su intervención fue incómoda para el empresariado privado nacional. Las aspiraciones de los empresarios nacionales se vieron frustradas cuando el Estado adquirió el control absoluto de las industrias básicas, sin su participación. En el caso de la Siderúrgica, grupos privados nacionales intentaron promover grandes proyectos.

El régimen de Pérez Jiménez podría considerarse mas bien de Tercera Vía. Aunque la prensa oficial de la dictadura manifiesta cierta admiración al modelo de la Unión Soviética, son constantes las críticas a los comunistas venezolanos. El perezjimenismo puede entonces ser relacionado con el justicialismo de Juan Domingo Perón en Argentina, el Querfront en Alemania, el nacional bolchevismo en Rusia, etc.

Los que añoran al gobierno de “derecha” de Pérez Jiménez en realidad añoran al mito que algunos han creado de su gobierno. El perezjimenisno no fue de derecha. En la práctica, el gobierno de Pérez Jiménez frustró los planes del empresariado nacional. El Estado Venezuela en los cincuenta reafirmó su privilegio como el gran Estado Capitalista. Ideológicamente el perezjimenismo no estuvo muy bien definido y lo que sugiere es una “Tercera Posición”, de influencia liberal y marxista al mismo tiempo, pero con el añadido toque criollo venezolano. La Tercera Vía militar “a la venezolana”.

Los que piden otro Pérez Jiménez porque era “de derecha” ignoran lo que el perezjimenismo realmente fue en lo económico y en lo ideológico. El gobierno de Pérez Jiménez fue una Tercera Vía que adelantó, a expensas de un alto costo para la República de Venezuela, la ejecución de ambiciosas obras públicas anteriormente planificadas. Recordamos también que el capitalismo vivió su época dorada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta los años setenta y aún así, en el año 1960 Venezuela tuvo que acudir al Fondo Monetario Internacional para pagar la deuda de Pérez Jiménez.

Sobre la Unión Soviética es necesaria hacer una valoración crítica de sus logros y fracasos. Por mucho tiempo, las dos superpotencias del mundo fueron los Estados Unidos de América y la Unión Soviética. Rusia es un país con una gran cultura y se mantiene como una de las principales potencias militares del mundo. En lo ideológico, le llama a uno la atención que un diario oficialista de la dictadura perezjimenista haya declarado que nuestro sistema económico es un “capitalismo de Estado muy parecido al de la Unión Soviética”, por las diversas implicaciones que esa afirmación tiene. Con cierta frecuencia, el diario El Heraldo comparaba a las ciudades venezolanas con las rusas.

Las acusaciones contra los socialdemócratas han sido muy injustas, aunque también válidas. El marxismo estaba instaurado en Venezuela mucho antes de 1958, como lo reconoce el mismo diario oficialista El Heraldo. Las ideas de Keynes y el intervencionismo económico también. Para algunos, el economista  Adriani fue el primer intelectual pre-keynesiano de nuestro país (1898-1936). La industrialización en Venezuela coincidió con las ideas keynesianas y el Welfare State (Estado de Bienestar). Lamentablemente, los intentos por sacar al país de la ruralidad en el siglo XIX no fueron exitosos, época del liberalismo.

La comprensión del Nuevo Ideal Nacional podría ser limitada si no se toman en cuenta diversos factores de análisis. Aunque la definición ideológica del movimiento era bastante pobre, existen recursos que permiten comprenderlo mejor. No olvidemos que, hasta bien entrado el siglo XX en Venezuela, los niveles de analfabetismo eran alarmantes. La televisión y hasta tener un teléfono en casa eran privilegios. La prensa no era tan rápida como las redes sociales hoy en día.

Para más información, consultar:

  • Las Ediciones de “El Heraldo” (disponibles en la Biblioteca Nacional y en la UCAB)
  • Sector público y neoliberalismo / José R. Quiroz S. Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas, 1992.

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