Una de las claves en el título de las Águilas hace dos temporadas fue su asertiva manera de enfrentar sus carencias en el mercado.

El gerente deportivo Luis Amaro tuvo una buena racha. Consiguió, por ejemplo, a Jesús Flores, fundamental en el lineup y en la receptoría, y a Jonathan Herrera, pieza clave en el infield; además, sumó a los agentes libres Rómulo Sánchez y Edgar Alfonzo jr., claves en el staff.

El tiempo pasa y las condiciones cambian. Los occidentales no superaron la primera ronda de la siguiente postemporada, al defender la corona, y varios jugadores importantes no pudieron aportar como antes. Por más que José Pirela llegó en la recta final, faltaron Freddy Galvis y Silvino Bracho, hubo lesiones y restricciones, Herrera se retiró, Sánchez y Alfonzo aflojaron, y así.

Era necesario volver al mercado, y Zulia lo ha hecho con decisión. El último canje, el de la semana pasada con los Tigres, le permitió sumar un brazo versátil, que puede sacar provecho a lanzar en un parque como el Luis Aparicio.

Wilfredo Ledezma se une al también recién llegado Víctor Gárate. Y no llega solo. Con él, arriba el venezolano que más jonrones dio en las Menores en 2017, Renato Núñez, un toletero que ha jugado bastante en la LVBP, a diferencia del otro grandeliga a quien cedieron para adquirlo, Franklin Barreto, campocorto y camarero de gran potencial ofensivo, que ha faltado a la pelota local en las últimas dos zafras y cuyo regreso lucía improbable, siendo oriundo del centro del país y habiéndose consolidado, hoy, como parte del futuro a corto plazo de los Atléticos de Oakland.

El receptor José Quéliz es el precio adicional que debieron pagar para conseguir a Ledezma. Es un pequeño impuesto para el potencial del jugador obtenido. Se trata de un careta que ha bateado poco en las Menores y que ya tiene 25 años de edad. No estaba entre los candidatos a la titularidad bajo las órdenes del manager Lipso Nava.

Los emplumados deben todavía resolver el acertijo de la receptoría, dados los recurrentes problemas físicos de Flores y la duda que existe sobre su continuidad. Pero tienen a la joven promesa Yohel Pozo, llegado hace dos años en otro cambio, y a José Herrera, con quienes trazarán planes de contingencia en caso de no estar pergeñando ya otro cambalache que les permita sumar esa máscara adicional que hoy quizá necesiten.

Ese nuevo convenio pudiera estar fraguándose ya, de confirmarse los persistentes rumores sobre el deseo de Núñez por jugar en el centro del país y el supuesto interés que tanto el Magallanes como el Caracas pudieran tener en él.

El antesalista no es especialista del guante, pero tiene algo que le falta a las Aguilas y que los Navegantes requieren con urgencia: poder. Sería un maridaje perfecto, especialmente si alguien como Jesús Sucre estuviera disponible.

Pero si la historia termina aquí, Amaro habrá conseguido una pieza formidable para alinear junto a José Tábata, Alberto González y Humberto Arteaga. Pocos nativos tienen más fuerza en este momento que este jugador devenido inicialista y jardinero, lo que compensaría la carencia existente en el nido desde que el slugger Ernesto Mejía se radicó en Japón.

El rediseño zuliano luce bien, hasta ahora. Y todavía restan más de tres meses para preparar el nuevo lineup.

@IgnacioSerrano
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