Cuesta creer que un equipo con la nómina del Magallanes haya estado entre los tres peores de la pasada ronda eliminatoria en el beisbol venezolano. Pero pasó. Los turcos quedaron fuera el último día de competencia y han tomado medidas para que no ocurra otra vez.

Nadie ha trabajado durante más tiempo que los Navegantes en esta pretemporada. Varios lanzadores que serán importantes en la primera mitad de campeonato iniciaron su puesta a punto a comienzos de septiembre, lo que permitirá tener un bullpen profundo, con brazos de experiencia como José Mijares, Carlos Hernández, Edgar Ibarra, Mauricio Robles e Ismael Guillón.

Eso no es poca cosa, especialmente al momento de hilvanar esos nombres con los brazos más jóvenes que, como Jesús Zambrano o Yénder Cáramo, deberían ayudar en los relevos cortos e intermedios.

La importación de los eléctricos será clave para dar estabilidad al pitcheo. Los bucaneros han apostado a traer lanzadores mayormente latinos, procedentes en su mayoría de circuitos independientes, lo que tiene un doble filo: son monticulistas fuera del beisbol organizado, pero vienen sin limitaciones y están curtidos.

La rotación, de hecho, dependerá de ellos. Veteranos como José Rosado o Frankie De La Cruz, sobre quienes recaerá la responsabilidad en octubre, tienen la tarea de meter a los filibusteros en la pelea.

La mezcla de veteranía y sangre nueva promete un lineup profundo. Luis Torrens será el catcher titular, lo que da peso a una posición en la que era necesario un aporte como el del grandeliga. El joven inicialista Samir Dueñez y el campocorto Humberto Arteaga son la sangre nueva para el infield. El patrullero Alberth Martínez se reportó temprano. Veteranos como Mario Lissón, Ronny Cedeño y Goyito Martínez se mantienen a bordo. José Tábata fue uno de los principales toleteros en la zafra pasada.

La profundidad del roster cabrialense da razones para confiar, más allá de lo que pueda determinar la salud del infielder Luis Arráez o la disponibilidad de Endy Chávez. Este es un club que debería estar entre los cinco mejores de la ronda eliminatoria.

El cambio de dirección ofrece también motivos de consideración. Ya no están el liderazgo y mano dura de Carlos García. Ahora comanda Omar Malavé, con un estilo totalmente diferente y un trato mucho más paternal. No es mejor ni peor, es distinto. Pero puede traer otros resultados.

La clave estará en el funcionamiento del pitcheo. Con ese núcleo de ex grandeligas llegado en septiembre, y con talentos como José Gregorio Castillo, Carlos Alvarado o José Ruiz, es vital lo que puedan aportar los guerreros extranjeros venidos de ligas independientes, tanto como el cerrador Hassán Pena, que viene de un año discreto en el extranjero.

Ese es el grupo que dará la batalla en los dos primeros meses de acción. Cuando empiecen a llegar los bigleaguers, aquellos que estén dispuestos a jugar, la suerte estará echada. Su aporte, en todo caso, contaría para la postemporada.

Sería una catástrofe en Valencia que el Magallanes vuelva a quedar fuera. Por eso comenzaron a trabajar tan temprano y posiblemente por eso la gerencia diseñó una importación libre de limitaciones.

De esa apuesta dependerá la suerte de la nave. Pero este es un equipo que debería jugar en enero.

@IgnacioSerrano

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