A lo largo de estos 54 días de protestas en Caracas me he topado con mamás que se molestan porque no pueden llevar a sus niños al colegio, lo que les acarrea perderán su hora en el gimnasio o su cita en la peluquería.

Las veo paseando mientras caminan sin complicaciones, maquilladas, con los cabellos secados y de punta en blanco conversando de moda o de lo fastidiosa que son algunas madres por su locura política.

Y les confieso que eso me molesta mucho porque cada joven que muere, me duele. Pienso que al ser madre, soy madre de todos. Pero también intento que mis hijos sepan

-cada uno a su edad- qué sucede en el país y que no están en la casa de vacaciones.

Porque quiero ser parte de la reconstrucción del país, me pongo horarios para poder saber qué sucede, lo que hace que pueda también hacer mis labores de madre, ama de casa y trabajar. Pero estuve pensando que solo me he puesto del lado de una sola parte de la población y que es la minoría.

Resulta que la gran mayoría debe salir a trabajar o simplemente no comen.

Historias…

Así que me tome un tiempo para conocer las historias de esas familias que no tienen más opción que ir a trabajar a pesar de que están completamente conscientes de lo que sucede en Venezuela.

Y me di cuenta de que hay madres que están haciendo maromas cuando los niños no pueden ir a clases, así que los dejan con un familiar o vecino. Pagan para que se los cuiden (lo que implica que tienen un gasto adicional, pero prefieren eso y no perder el trabajo); otras dependiendo de la edad se los llevan a sus trabajos o la peor situación es que dejan solos a sus pequeños en sus casas y los vecinos les “echan un ojo”.

Pero no crean que se quedan estudiando o manteniendo la rutina escolar, muchos utilizan la televisión o los celulares o las computadoras para que se entretengan. Lo que les afectará para volver a la estructura cuando esto acabe.

Esto genera un nivel de angustia en los padres que hacen responsables en muchos  casos a los colegios, que no ven materia o simplemente no los reciben.

Adicionalmente la situación va generando un gran vacío en la parte educativa, sobre todo en los más pequeños debido, a que pueden tener un retraso en el nivel psicomotor. La lógica matemática se olvida si no la practicas, en cambio de quinto grado en adelante están trabajando con material por Internet.

Acción 

Las madres que deben ir a trabajar porque de lo contrario les descuentan el día, que no pueden llevar a sus hijos al trabajo los días que no tienen clases o simplemente no los dejan pasar, generan una agresividad por la misma angustian que viven.

A esas madres mi más grande reconocimiento por ser tan perseverantes para sacar a su familia adelante.

Por eso quise brindarles unas herramientas para aprender a manejar las angustias por las que los venezolanos estamos pasando, recordando que los niños aprenden por nuestro ejemplo y así digamos que no pasa nada nuestro cuerpo habla.

#1.- Vivamos de nuestras fortalezas y no de nuestras debilidades

#2.- Bajar el listón de la exigencia

En el conflicto de objetivos y metas a conseguir, la solución no pasa por  decir que “no sirve” “un inútil” o … Sino más bien reflexionar y rebajar el nivel de exigencia, de responsabilidad.

#3.- Necesidad de elegir una opción

Es cierto que la ambigüedad es una fuente de ansiedad; por eso, ante la duda, lo mejor es elegir, tomar partido. Es mejor equivocarse que continuar en la angustia de la ambivalencia.

#4.- No tomar una postura muy alarmista en una crisis de angustia

#5.- Practicar ejercicios de relajación

Los niños

Los niños se compenetran con los padres y automáticamente son llevados por esos sentimientos, así que les dejo las recomendaciones de la experta en Educación Infantil, Margaret McGavin:

•          Mantenlo ocupado en actividades físicas.

•          Vigila su alimentación

•          Asegura sus horas de descanso.

•          Sigan una rutina familiar.

•          Da el ejemplo. “Sigue con calma y continúa”, como recomienda el dicho británico. Tú eres el adulto, y es muy importante que tu hijo te vea tranquila para que se sienta protegido.

•          Busca ayuda profesional cuando lo necesites.

Recuerda que para el mundo somos madres, pero para nuestras familias somos el mundo. Y los niños son el futuro de nuestro país y está en nuestras manos educarlos y que se sientan protegidos.


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