J.D. Martínez es un gran pelotero. Nadie discute su estatus estelar. Pero su ubicación en la votación para el Jugador Más Valioso ha desatado una polémica tan ruidosa, que obliga a hablar de ella.

Martínez merecía muchos votos. ¿Merecía ganar? Quizás sí, quizás no. Siempre hay buenos candidatos y precisamente por eso se hacen las votaciones: para que el ganador sea el que cuenta con la mayoría de los respaldos.

Pero no es eso, sino la diatriba, lo que hoy queremos repasar.

Primero lo primero: la polémica sólo existe en castellano. No encontrarán mayores acusaciones sobre injusticias en los medios de Estados Unidos y Canadá. El escándalo es en el Caribe. Únicamente.

¿Por qué? Posiblemente por las mismas razones por las que tampoco hay molestia en el norte cuando se proclama a Mike Trout como el pelotero más completo en la actualidad y se ve con naturalidad que equipos enteros toquen la bola menos de 10 veces en una temporada.

El nuevo análisis existe desde comienzos de los años 70, pero empezó a difundirse en América Latina unos 30 años después. La resistencia que existió allá durante décadas, todavía existe en estos pagos, especialmente entre analistas y fanáticos de mayor edad. Es normal. Los humanos somos resistentes a los cambios, la heráldica actual tampoco es infalible y muchos critican sin jamás haber leído al menos los textos fundamentales que abren los ojos a una nueva realidad.

Eso no hace mejor ni peor a nadie. Hace 40 años era mal visto que los abridores fueran seis o siete innings y que desaparecieran los juegos completos. Los tiempos cambian, la vida cambia y hay que adaptarse, so pena de fracasar. ¿Recuerdan el regreso de Cuba a la Serie del Caribe? Llegaron sin relevistas especializados y terminaron últimos. Les tocó iniciar en la isla, aunque fuera tarde, la era del bullpen.

Volvamos a Martínez. Fue segundo o primero en los tres componentes de la Triple Corona. Por eso algunos lo creen Más Valioso. Y sin duda era buen candidato. ¿Qué explica la mayoría que no votó por él? Que su aporte se limitó a un área del juego: la ofensiva. Que otros grandes bateadores con estadísticas parecidas en unos casos y superiores en otros también ayudaron con el guante.

Sorprende que esto cause polémica. Tan importante es producir carreras como evitarlas. Todos sabemos que un buen pitcheo luce mejor con buenos guantes atrás, y que los mejores lanzadores fracasan si sus compañeros son erráticos. Es justicia evaluarlo todo, no sólo el madero.

Para eso último está el Bate de Plata y él se llevó dos, aquí sí con cierta injusticia, porque jugó muy poco en el outfield. Y ojo, quien aplauda este doble galardón no sufra si Shohei Ohtani es declarado Novato del Año sin tener suficientes turnos o innings; es el mismo caso de Martínez en los jardines.

¿Cuántos designados han ganado el MVP? Ninguno. Antes y después del nuevo análisis, nunca. No es por el WAR, es que los votantes han creído siempre que la defensa cuenta. ¿No es por eso que Omar Vizquel merece ir a Cooperstown, a pesar de haber sido un discreto bateador? ¿No es lo que decimos de David Concepción?

Los votantes le prestaron atención. Tendrá respaldo, aunque no esté entre los tres primeros. Sin embargo, un designado deberá ver de nuevo cómo otro resulta ganador. Como siempre ha sido.

@IgnacioSerrano

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