Yeltsin Gudiño es de Maracay. Firmó con los Tigres de Aragua antes de dar el salto al beisbol organizado con los Azulejos de Toronto. Es pupilo de Carlos Guillén, presidente de los felinos, que acompaña sus tareas en la oficina con la conducción de una academia. Es uno de los pocos peloteros venezolanos que han logrado un ingreso millonario en dólares antes de llegar a las Grandes Ligas.

Ese es, en pocas palabras, el perfil deportivo del joven adquirido por los bengalíes ayer, en un cambio con las Águilas de Zulia. Un muchacho de apenas 21 años de edad, que hace vida en Clase A media, que aún no despliega el potencial ofensivo que auguran los scouts y que acaba de regresar a casa en un cambio que involucra a tres jugadores y que no deja de ser una sorpresa, porque no es frecuente ver un acuerdo de ida y vuelta con el mismo jugador.

Ya el solo nombre de pila hace especial a este campocorto. En un país donde abundan los Lenin y los Stalin, él es la primera figura pública que lleva por nombre el apellido del sepulturero oficial de la Unión Soviética, Boris Yeltsin.

Su estreno en la LVBP ocurrió en la campaña 2017-2018. No tenía mucho espacio con los rapaces, pero en los nueve juegos que disputó se embasó en 6 de las 14 ocasiones en que fue a batear, gracias a 2 hits y 4 boletos. Defendió mayormente el short, aunque también la intermedia.

Esa pequeña fotografía apenas fue vista por el grueso de la afición, aunque ronda los 50 el total de prospectos criollos han recibido un millón de dólares o más por su firma en el proceso anual de Julio 2.

En abril de 2016 fue noticia a pie de página, al ser embarcado a Maracaibo junto con varias figuras de nombradía: los grandeligas Yangervis Solarte y Ronald Torreyes, José Ortega y el joven patrullero Herlis Rodríguez. Por ellos, llegaron a Maracay el zurdo Alex Torres, el bigleaguer Marwin González y el novel jardinero Jesús Alastre.

Torres ahora es parte de los Tiburones de La Guaira, González parece poco interesado en volver a uniformarse en esta pelota y Alastre acaba de ser enviado a los Navegantes de Magallanes en el pacto por Ismael Guillón y Anthony Santander que involucró a cinco jugadores. Es un verdadero carrusel, este que trae de vuelta a Gudiño.

El precio es elevado. Gárate ya no es aquel pitcher que crecía en las menores de los Dodgers, cuando apuntaba a la MLB con Los Ángeles, aunque acaba de dejar 3.31 de efectividad en 21 presentaciones con los centrales. Y Alberto González es un utility que puede ayudar en varias posiciones y que disputó 51 encuentros con los Tigres, con .251 de average.

Aragua sale de dos jugadores caros, con la idea de que cuenta con sangre nueva para ocupar sus lugares, especialmente Guillón, en el bullpen, e infielders como Carlos Peñalver, Engelb Vielma y Edgar Durán.

Gudiño se suma a esa profundidad en el cuadro, aunque parece lejos todavía del momento en que podrá aportar con contundencia. En sus cinco campañas en las Menores batea para .217, con tres jonrones y cinco cuadrangulares, incluyendo .158 en 47 apariciones esta zafra, sin extrabases.

Es un convenio para el largo plazo. Si cuaja como figura, posiblemente quiera ver acción en su ciudad natal. Entonces veremos cuánto ganan los felinos con este cambio.

@IgnacioSerrano

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