Hubo un tiempo en que las Águilas fueron una dinastía. Entre 1984 y 1989 ganaron dos veces la Serie del Caribe, y a comienzos de los años 90 agregaron dos coronas en la LVBP y un peleado subcampeonato, entre 1992 y 1995.

Aquel período exitoso, con cuatro títulos y cinco finales en apenas 12 torneos, unió dos generaciones de peloteros y refrendó un hecho histórico: desde los orígenes, el Zulia ha sido uno de los territorios más fértiles en la evolución del beisbol venezolano.

¿Pueden los rapaces revivir aquello?

La gerencia occidental ha planteado el desafío de reeditar el éxito de la última campaña. Los aguiluchos reconquistaron la corona en enero, luego de una sequía de tres lustros, y tienen razones para aspirar al bicampeonato. Es, de hecho, el objetivo que se han planteado para este torneo.

Algunas cosas han cambiado, respecto a la zafra pasada. El patrullero Alex Romero se perderá casi todo octubre, debido a un castigo impuesto por la LVBP, y algunas figuras clave en la 2016-2017 tienen nuevas condiciones.

Freddy Galvis y José Pirela tendrán limitaciones. Vienen de sólidas campañas en las Mayores y, en principio, se espera su participación hacia la recta final. A diferencia del pasado reciente, no estarán para la parte gruesa de la ronda eliminatoria, lo que siempre es un riesgo.

Si faltan, se unirán a la larga y añorada ausencia de Ernesto Mejía, cuyo estatus en Japón hace que contar con él sea, mayormente, una fantasía por concretar.

Parte de éxito en la 2016-2017 se debió a una buena importación, en especial al colombiano Reynaldo Rodríguez, pero una lesión le tendrá fuera esta vez durante el mes inicial.

El receptor Jesús Flores, de crucial aporte en la conquista del cetro, también está bajo la lupa. La dolencia en el hombro derecho que cortó su carrera en las Grandes Ligas sigue siendo un asunto a atender. Pero es un bate de respeto.

La gerencia se ha movido para estructurar una escuadra competitiva, con una importación que resulta atractiva, a la espera de Rodríguez y su compatriota Giovany Urshela. Hay nombres atractivos para empezar la justa y para la segunda avanzada. Pero en estos tiempos está claro que la LVBP no es territorio para extranjeros, sino para los mejores criollos.

¿Cómo están las Águilas, en ese aspecto?

El cuerpo de lanzadores parece adecuado. Wilfredo Boscán, el recién adquirido Richard Castillo, Ramón García Jr. pueden ayudar en el largo aliento. El cerrador Arcenio León estará presente desde el inicio, lo que dará profundidad a un bullpen que entre mediados de noviembre y comienzos de diciembre sumará a los grandeligas Leonel Campos, Gabriel Moya y Silvino Bracho. Y se habla del “japonés” Elvis Araujo como brazo casi seguro.

Se trata de un grupo notable, en caso de reportarse todos. Hay razones para la esperanza.

La tarea principal, sostener el ataque de los demás clubes, a la espera de los bigleaguers, corresponderá a un grupo de jóvenes que han ido adquiriendo experiencia, como Alí Castillo, Wilson García, Bryant Flete o Herlis Rodríguez, además de veteranos como Flores y eventualmente Romero. La llegada de Jairo Pérez aportará un madero más que antes no estaba

¿Es eso suficiente? Lo veremos en enero. Pero la prometedora nómina de los aguiluchos ha ido creciendo y parece tener suficientes armas para dar la batalla en la ronda regular.

Tal vez el camino sea menos cómodo, pero Zulia tiene una nómina que debería mantenerle en los playoffs. Luego de eso, quedará en manos de las figuras que se reporten la conquista del bicampeonato.

@IgnacioSerrano

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