Es posible que algún aficionado desatento no sospechara lo que iba a ocurrir con la contratación de Luis Blasini como gerente general de los Tiburones. Pero lo que ha ocurrido en estos cinco meses que tiene al frente de La Guaira responde a una de las características qué más se recuerda de su paso por la oficina del Magallanes.

A Blasini le gusta ir al mercado de cambios, y lo está ratificando en este breve lapso.

Los tres pactos que lleva casi igualan el total de cambalaches de los litorales en todo 2017. Entonces, los centrales se hicieron de seis jugadores y entregaron a cinco, mientras que ahora han adquirido a cuatro y han cedido a otros tantos.

Ahora consiguió a un joven relevista y entregó a un pitcher de nombre en la LVBP, que poco aportó en su corta pasantía con el equipo.

Julio Pinto es la presa obtenida con la sesión de Alex Torres. Viendo el acuerdo desde las estadísticas de Torres en la zafra pasada, cualquier cosa parecería positiva para los Tiburones.

El zurdo, sin embargo, no es aún una causa perdida, lo que justifica el interés de los Navegantes, y es ese el riesgo al que se enfrenta Blasini a la hora de sacar las cuentas.

A Torres le está yendo bien en Japón, en una liga independiente. Hace no mucho, en 2015, era todavía grandeliga. Sí responde con la nave como esperan en Valencia, es posible que aparezcan las críticas, especialmente por la crónica necesidad guairista de fortalecer el staff de pitcheo. Es cierto que obtuvieron un brazo más joven para ayudar en el día a día, pero también es verdad irrefutable el peso que tiene contar con abridores nativos en la LVBP.

Pinto tiene condiciones, lo que explica que después de seis temporadas con Kansas City no haya sido despedido, a pesar de mostrar 6.13 de efectividad. No es un prospecto, aunque tiene 22 años de edad y está en Clase A avanzada. El descontrol ha sido su problema, con casi seis bases por bolas por cada nueve innings. Pero tiene buena recta y capacidad de sorprender a los contrarios, al punto de que este año ha ponchado a más de un hombre por inning.

No tendrá restricciones y es muy probable que los Reales estén de acuerdo con que lance en nuestro circuito para pulir sus habilidades. Significa que muy probablemente el manager Oswaldo Guillén contará con él semana tras semana, siempre y cuando sea capaz de mantener a raya el descontrol.

La proverbial agresividad de Blasini le permitió ya adquirir a un campocorto, Ehire Adrianza, que ha prometido reportarse temprano en la eliminatoria. Tomó también a Samir Duéñez, para aportar poder criollo al lineup, y se hizo de Juan Apodaca para la receptoría, algo especialmente necesario después de que Detroit decidiera convertir en serpentinero a Arvicent Pérez.

El balance no es malo, pero deja una todavía duda a resolver en los próximos cuatro meses que restan para el Día Inaugural. La Guaira ha sufrido durante mucho tiempo por la falta de monticulistas dominantes, especialmente por la falta de abridores, y en este corto lapso ha cedido a dos hombres que fueron parte de su última rotación: Torres y Henderson Álvarez.

Será entretenido esperar los siguientes movimientos, suponiendo que Blasini, como en otras ocasiones, no estará a la defensiva. Restan aspectos que mejorar en el equipo y posiblemente algunos otros movimientos por hacer.

@IgnacioSerrano

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