Apenas poco más de dos semanas lo confirman, los precios acordados lo refrendan, nuestros adultos mayores lo sufren, la escasez lo certifica, y como siempre, el pueblo entero paga los platos rotos y es víctima de la perversidad oculta tras los bastidores de ese sancocho ideológico, más no económico, que pasará a la historia oscura de Venezuela conocido como el Madurazo.

Aún hervía la silla desde donde fueron anunciadas las primeras medidas y a tan solo horas de la entrada en vigencia del nuevo cono monetario, cuando lo que en otras circunstancias pudo haber constituido una verdadera reivindicación y conquista de nuestros trabajadores, se convirtió como advertimos en nuestra penúltima entrega, en verdadera sal y agua. En retrospectiva, catorce días después, ya ni eso, pues simplemente esa ilusión y justa expectativa, se diluyó en el océano hiperinflacionario en el que tradicionalmente se diluye lo que es producto y consecuencia de la ausencia de lógica económica; y peor aún, ahora avalado por el acuerdo de los productores con el desgobierno, en un monumental reconocimiento de que miles de emprendimientos y esfuerzos de años se fueron en su momento a la basura, debido a la insensatez de no reconocer que los precios controlados hasta hace apenas dos semanas y durante la vigencia del Bolívar “Fuerte”, existían solo en el papel, de la misma forma como solo siguen existiendo en el papel y en la mente de sus creadores, muchos de los precios recién acordados. 

Mientras existan controles populistas, llámese control de precios o control de cambio que no obedezcan a la auténtica naturaleza de cualquier restricción económica, que es la de atender provisionalmente una eventual emergencia o contingencia, y que por tanto solo sirvan para maquillar una gestión y perseguir injustamente a quienes navegan en la inevitable corriente del mercado, ni el Madurazo ni ningún otro paquete o medida funcionará.

Mientras el desgobierno no asuma que el deber del Estado en la economía es regular el juego limpio y la libre competencia de los actores y factores económicos, creando y promoviendo igualdad de condiciones para todos, donde cualquier ayuda o subsidio, esté quirúrgicamente destinada a quien de verdad lo requiera y no para resolverle la vida, sino para convertirlo en un agente productivo, ni el Madurazo ni ningún otro paquete o medida funcionará.

Mientras exista esa ficción llamada Petro y se pretenda conectar a la economía real a juro y a empujones a ese despropósito, cuya existencia y viabilidad no la creen ni sus propios creadores, ni el Madurazo ni ningún otro paquete o medida funcionará.  

Mientras la política del desgobierno sean los cierres, las injustas detenciones y en fin, la represión de los agentes económicos que solo buscan salvar la posibilidad de reponer sus inventarios y evitar por tanto ir directo a la inevitable quiebra, ni el Madurazo ni ningún otro paquete o medida funcionará.

Como quiera que lo anterior solo lleva un camino, una sola dirección y es la que conocen en la cúpula que ejerce el poder, que es la del arte del engaño, estemos claros entonces que el Madurazo no arrancará ni empujao. Por ello, como cualquier cacharro, terminará triturado y enterrado en las páginas de lo que no se debe hacer. Se escribirán planas como penitencia cuando se cometa una estupidez o se infrinja sufrimiento, mandando a repetir una y mil veces, un contundente “no haré más nunca lo que hizo Maduro”.

Así las cosas y ante la inevitable realidad que nos atropella de forma acelerada y que hará quedar corto el pronóstico del FMI en cuanto a la inflación anual que espera a Venezuela, nos toca como ciudadanos alzar nuestra voz y erigirnos en líderes de nuestro destino, haciendo lo que nos toque hacer para superar este contratiempo histórico engendrado por Chávez, pues de lo contrario, en muy poco tiempo caminaremos sobre escombros y estaremos como zombis sometidos por migajas. Por ello, convencidos como estamos que nuestro destino es otro, y es promisorio, en el Centro Popular de Formación Ciudadana (CPFC) hemos comenzado a recorrer esa ruta y esta misma semana daremos inicio a un ciclo de talleres de formación de liderazgo moderno para dotar a quienes aspiren a liderar el cambio, de las herramientas necesarias para alcanzarlo.  ¿Y tú en qué andas para lograrlo?


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