Algunos cambios de peloteros ocurren sobre aviso. Este que acaban de cerrar Caribes y Tiburones es uno de esos. Desde enero se veía venir. Cuando Luis Sardiñas declaró cándidamente al periodista Carlos Valmore Rodríguez su deseo de ser parte de la tribu, flotó en el ambiente la posibilidad de un pacto.

Rápidamente salió el nombre de Ehire Adrianza como la horma de ese zapato. Tenía algún tiempo sin reportarse a los orientales, su parentela vive en el el centro del país y fue una firma original de los escualos, como también lo fue, por cierto, el jugador que entregan para adquirirle.

Son peloteros de similares características, así que se debe buscar las razones del acuerdo en otros motivos.

Adrianza es un campocorto de origen, con experiencia en las Grandes Ligas y capacidad para defender otras posiciones del cuadro. Es la misma descripción que corresponde a Sardiñas. En lo deportivo, parecen piezas exactas, aunque haya diferencias.

Incluso están hermanados por el hecho de ser bateadores ambidiestros. Cara y cruz, lado y reverso.

Los salados adquieren a un pelotero más consolidado. De hecho, su ausencia reciente en Puerto La Cruz se debió a su relativa estabilidad en San Francisco y su asentamiento en Minnesota. Jugó toda la temporada pasada en las Mayores, como utility de los Mellizos, y es firme candidato a repetir arriba.

Los aborígenes reciben a un jugador con más incertidumbre. Trata de quedarse con los Orioles, pero le ha costado establecerse en las Grandes Ligas desde que salió de los Rangers, la organización con la que saltó al profesional.

Podría decirse que los indígenas llevan un paso al frente en esta transacción. En estos tiempos, en la medida que alguien pueda quedarse la zafra entera en la MLB, se reducen las posibilidades de éste que vea acción en el Caribe.

¿Se mantendrá igual el estatus de ambos? Imposible predecirlo. Sardiñas tiene opción clara de quedarse en Baltimore. Adrianza podría salir de las ciudades hermanas. El rol de utility no es el más estable. El tiempo dirá.

La historia de cada uno muestra a un guarenero con una línea de .254/.338/.356 con 12 robos de por vida en las Menores. El bolivarenses, en cambio, enseña promedios de .289/.332/.359 con 39 estafas en las granjas. El segundo tiene más contacto. Lo demás, es casi un calco.

La principal diferencia está en la motivación que puedan tener para actuar desde temprano en la LVBP y ayudar en la eventual conquista de una corona. Adrianza es mirandino, su familia vive cerca de Caracas y ya ha dicho que está dispuesto a reportarse pronto. Sardiñas es guayanés, vecino del estado Anzoátegui y ya acompañó como refuerzo a la tropa del manager Omar López durante todos los playoffs y la Serie del Caribe.

Ambos elencos ganan, en ese sentido. Si se trata de asegurar la participación de cada infielder, luce posible que los dos se sumen rápidamente.

Hay otro modo de ver esto: La Guaira era dueña de ambos shortstops, entregó a Adrianza para adquirir al pitcher Brayan Virrarreal, y ahora cede a Sardiñas para recuperar al que dio originalmente. Villarreal no ha podido volver a lanzar, tras lesionarse en el tiempo que pasó en el Universitario. Está fuera del beisbol.

En todo lo demás, este cambio parece buena moneda para todos, con su cara y su cruz.

@IgnacioSerrano

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