¿Qué es un Regreso del Año? Es la eterna discusión. Puede ser alguien que sufrió una grave lesión y volvió. O alguien que haya perdido tiempo de juego por causas de fuerza mayor. Puede tratarse de un jugador que colgó los spikes y ha retornado. O un bateador o lanzador que atravesó un drástico bajón y recuperó su nivel.

Un Regreso del Año puede ser cualquiera de esas cosas. Por convencionalismo, se asume que debe haber pasado al menos una temporada ausente o en slump. Y claro, tiene que haber sido figura. No vale que un pelotero de trayectoria discreta haya explotado, finalmente. Se tiene que haber llegado, para tener a donde volver.

A veces son tantos y tan sutiles los casos, que la discusión es inevitable. Pongamos el caso de la campaña 2004-2005. En los playoffs del torneo anterior, Horacio Estrada fue víctima de un accidente de tránsito gravísimo que casi le cuesta la vida. Los doctores dudaban que pudiera caminar normalmente, no digamos volver a lanzar.

Estrada se sometió a intensa rehabilitación. Soltó las muletas, trepó al montículo en diciembre y en cinco presentaciones dejó 2.66 de efectividad. Apenas recorrió 20 innings, pero decidimos ponerlo en lo más alto de la planilla, porque lo suyo fue un retorno clamoroso, sin importar que no se hubiera ausentado durante una zafra completa. No ganó. Pero merecía un premio.

En esta oportunidad hay notables candidatos. El comité asesor del galardón sugirió los nombres de los pitchers José Ascanio, Yéiper Castillo, Pedro Rodríguez, Rafael Cova y Freddy García, del inicialista Héctor Giménez, del slugger Jesús Guzmán y de los importados Félix Pérez y Henry Urrutia. Porque los forasteros también cuentan, como sucedió con Tom Evans, otro habitué del circuito, que sentó un precedente al llevarse el trofeo en 2010.

Como en otras votaciones, debimos hacer el difícil y a menudo odioso proceso de descarte. Sacamos a Ascanio, porque otros en esa lista tuvieron mejores números que él. Sacamos a Castillo y Cova, porque su estatus estelar pasado es inferior a los demás. Sacamos a Rodríguez, porque no tuvo una pésima cosecha en la 2016-2017. Sacamos a Urrutia, porque otros aquí están retornando desde más abajo. Y sacamos a Guzmán, porque ha recuperado su rol protagónico, pero no llegó a poner cifras semejantes a las del pasado.

Los seis merecían estar en el cuadro de honor. Pero es imposible ponerlos a todos.

Le dimos el tercer lugar a Giménez. Después de una justa para el olvido, incluso sin jonrones, no salió al extranjero y comenzó muy mal con Cardenales. Parecía a las puertas del retiro. Pero pasó a las Águilas y bateó para .302/.376/.819 en 44 juegos, con 5 vuelacercas. Excepcional..

Pusimos segundo a García. Hay que ir hasta la 1997-1998 para hallar una temporada suya como figura aquí, pero su notable carrera en las Grandes Ligas, los récords que dejó y el adiós que pronunció hace dos años permiten aplaudir con romanticismo lo que sin dudas ha sido una sonora vuelta a las primeras planas, con 2.33 de efectividad y marca de 4-0 en 11 presentaciones.

Pérez quedó en lo más alto. Fue estrella en la LVBP y cayó a .232 de average, con .705 de OPS hace 12 meses. De allí a cerrar con 8 bambinazos, 39 empujadas y .839 de OPS hay suficiente trecho como para proclamarlo Regreso del Año.

@IgnacioSerrano

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