Gleyber Torres y Ronald Acuña jr. jugaron en las Grandes Ligas antes que en la LVBP. En cosa de 72 horas fue necesario actualizar la lista de peloteros que hicieron tal cosa, una rareza que en los últimos años es cada vez más frecuente.

La sola publicación de ese grupo sirve de ejemplo para recordar cómo a veces los aficionados, periodistas y analistas a menudo dejamos a un lado los hechos, eso que alguien llamaría la “verdad verdadera”, para manejar solamente los datos que consideramos más “aceptables”.

El primer contraste está en la recopilación global. Algunos contabilizamos al Patón Carrasquel y Chucho Ramos entre quienes debutaron allá antes que acá. Hay periodistas muy serios que no los incluyen, con el argumento de que la pelota profesional criolla nació en 1946 (Carrasquel se estrenó en las Mayores en 1939 y Ramos en 1944).

La realidad es que, con o sin LVBP para ese momento, tanto el pitcher caraqueño como el toletero monaguense jugaron en la MLB antes que en el beisbol rentado local. No importa si este último existía entonces o no. La “verdad verdadera” es que en 1939 el Patón, y en 1944 Chucho, vieron acción en la gran carpa. Y para ese momento no jugaban en el circuito nativo.

Pensábamos en eso cuando José Montilla, webmaster de PelotaBinaria..com.ve, nos envió este mensaje: ¿y qué hacemos con Aurelio Monteagudo? ¿Y con Josh Barfield?

Bienvenidos al cada vez más creciente caos de las nacionalidades múltiples en la embajada nacional en las Mayores.

Monteagudo y Barfield son casos emblemáticos. Uno nació en Cuba y se nacionalizó en 1968. Se estrenó arriba en 1963, con los Atléticos de Kansas City, meses antes de hacer su primera incursión en la pelota criolla con el Caracas. El otro vio la luz en Barquisimeto, jamás ha regresado y se retiró de los diamantes.

Al pitcher casi nadie lo excluye de la lista de venezolanos en las Grandes Ligas, desde que el inolvidable Rubén Mijares constató con la Gaceta Oficial que llegó a lanzar allá con el pasaporte vinotinto.. Al camarero casi todos lo dejan fuera, suerte de chovinismo inexplicable, siendo que la Constitución Nacional determina que es venezolano sin duda alguna, y que cada vez más compatriotas nacidos fuera van a sumarse a las Mayores, como será el caso de Jesús Luzardo, nacido en Lima, criado en Florida, de padres criollos y firmado por el Zulia.

El abogado Arturo Marcano ha sido una voz sensata en esta discusión. Mientras otros debaten si el cardenalero Daniel Farquhar o Luis Oliveros deben ser considerados bigleaguers nativos o no, él sostiene, con la seguridad de quien vive de prestar atención a las leyes, que el aspecto de la nacionalidad debe resolverse atendiendo a lo que dice la Constitución Nacional, lo que es un alarde de lógica que no deja brecha para posiciones personales, y que las normas de la MLB deben ser las que precisen quiénes son grandeligas y quienes no, según hayan podido acumular tiempo de servicio, salario y antigüedad.

Hace mucho que coincidimos con ese punto de vista. Ni los aficionados ni los periodistas tenemos derecho de decidir quién es venezolano. Para eso está la Constitución, nos guste o no.

Pongamos, pues, a Monteagudo y Barfield entre los compatriotas que jugaron en la gran carpa antes que en la LVBP.

@IgnacioSerrano

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