En honor a Will…

El sol sigue brillando y ahora con más intensidad en la población venezolana. Se siente momentánea y repentinamente, luego de horas oscuras, aires de libertad y esperanza. Los hogares volvieron a tener su brillo y anhelo de cambio. Se estremece el territorio criollo con un sentimiento inextinguible en el corazón de la gente: la esperanza.

Por tanto tiempo, entre noticias de exilio, muertes y más, nos hundimos en el más profundo mar de la agonía y desesperación. Los actores del régimen más sanguinario y despiadado que ha conocido la República han hecho su trabajo al pie de la letra. Su plan maquiavélico de dividir, desalentar y sepultar todo rastro de oposición a su maldad quizás ha rendido frutos. Lo vemos a diario y los sentimos minuto a minuto, pero hay una variable en su nefasta ecuación que les ha salido mal: extinguir nuestra sangre libertadora. En eso, han fallado y fallarán.

Hoy, no solamente es todo un pueblo que los rechaza y condena por sus infamias y crímenes, es toda una comunidad internacional que ha brindado el apoyo al glorioso y bravío pueblo de Venezuela representado en su aguerrida e indoblegable Asamblea Nacional. Las cosas han cambiado, pero la cosa no es tan sencilla como parece. Aunque suene contradictorio, debemos cuidar muy bien lo que hoy nos mueve, cuidarla con riguroso cuidado sin caer en ilusiones y escepticismo. La esperanza puede volver tan alto como un cometa, pero si ese cometa se llena de falsas expectativas, caerá tan fuerte como si fuese de hierro. Focus, focus, focus.

El 23 de enero, fecha con profundo carácter histórico para nosotros no es la bienvenida del Armagedón. Es una fecha que se ha escogido por su inolvidable significado para así despertar aún más a toda una nación luego de su agonizante letargo. Pero, no se deben crear falsas ni exageradas expectativas pues los resultados serán peores y más despiadados. Sin embargo, la exigencia a nuestros líderes democráticos de estar a la altura de las circunstancias debe ir de la mano con un inflexible apoyo por parte de todos los que anhelamos la Venezuela que nos merecemos. No existe líder sin masas ni masas sin líder, todo es una sinergia.

A propósito de esa fecha, uno de los líderes nacionales más notorios del siglo XX derrotó en todos los terrenos a un Fidel Castro que vivía su momento de esplendor y con la venia bendita de la extinta URSS. Lo derrotó tanto en lo militar, como en lo político e ideológico. Asimismo, el piso político y las alianzas internacionales principalmente con el gobierno americano, encabezado por JFK, le permitieron a Betancourt doblegar los diversos intentos de golpes de Estado.

Para hacer realidad la derrota del castrismo fue necesaria la unificación de los distintos sectores del país en torno a la defensa de la democracia y la soberanía. De tal manera, el rol de las Fuerzas Armadas de la época resultó determinante. La historia es la historia y es ahí en donde debemos avanzar.

Es vital y determinante que nos mueva la Fe, la fuerza, el anhelo, la indignación, la frustración y el millar de emociones y razones que hoy poseemos los venezolanos para salir nuevamente sin miedo y con más convicción a demostrar, una vez más, nuestro apoyo y ansias de cambio. Pero, más allá de eso, debemos cuidar nuestro más preciado tesoro y lo único que el régimen no podrá borrar: nuestra esperanza.

@JorgeFSambrano

#RendirseNoEsUnaOpcion


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