Burt Reynolds murió hace unos días. Más allá de su innegable talento fue un símbolo sexual en los años setenta y un actor que no destacó por su versatilidad. Tenía una imagen varonil que le fue muy útil para construir una carrera exitosa. Fue nominado al Óscar al final de su vida gracias a su rol en Boogie Nights (1997), pero la mayoría de sus interpretaciones no están muy lejos de la imagen masculina bajo la que construyó su carrera.

Hay intérpretes que destacan por sus cualidades histriónicas, por su versatilidad y la capacidad para construir personajes diversos.  Otros valen por lo que representan y por el trabajo construido durante décadas.

Muchos hacen cine, y a pesar de ello, no todos forjan una carrera como actores. Se dedican a representar arquetipos y vivir de ellos durante toda su existencia. Algunos lo hacen estupendamente bien y por esa razón tienen un lugar en la industria.

La figura de Burt Reynolds está relacionada con la imagen de tipo duro, sexy, divertido y seductor. Representó al pícaro aventurero por excelencia en sus roles más notables.  Desde sus primeros papeles hasta el que le brindó su única nominación al Óscar, bajo la dirección de Paul Thomas Anderson, mantuvo  esa imagen.

Su carrera comenzó en el teatro. Pero se disparó gracias a un hecho extra fílmico que nada tiene que ver con sus cualidades histriónicas.

En los años setenta posó desnudo para una revista femenina. Su imagen en Cosmopolitan potenció su popularidad. La foto es una recreación de lo que representó en muchas de sus películas más taquilleras: el hombre fuerte, de carácter, nacido para amar a las mujeres y vivir aventuras intensas. Acostado de lado sobre la piel de  un oso, cigarrillo en la boca, con un trago al costado, un joven Burt Reynolds sonríe. Es una hermosa foto.

Más allá de su talento como actor, su carrera despuntó debido a esa imagen que generó interés en las mujeres y admiración en los hombres. Fiel a ese arquetipo filmó incontables películas interpretando al varón por excelencia. Nunca se desligó de esa imagen.

A lo largo de su carrera también dirigió algunas películas, pero con poca suerte. A diferencia de su contemporáneo, Clint Eastwood, con quien actuó en 1984 (en City Heat) no logró transformar su   imagen lejos de sus roles más representativos.  

Eastwood también fue un “tipo duro” del cine, pero con el paso de los años ganó solvencia en otros terrenos como escritor y director.   

Algunas carreras se transforman, otras se mantienen estáticas, ancladas a un pasado que cada vez se presenta más lejano.

Burt Reynolds, hombre talentoso y atractivo, no desafió a su propio personaje. Vivió en él hasta el final. No obstante,  tuvo una carrera exitosa llena de fama, premios, dinero y por supuesto muchas mujeres.


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