El beisbol paga bien a sus principales estrellas. Apenas cuatro atletas de otros deportes figuran entre los mejores 25 contratos de todos los tiempos, a pesar de que un empate en la última casilla del conteo hace que en realidad sean 26 los pactos aquí considerados.

Algunos de esos peloteros están todavía en su momento óptimo, como Justin Verlander, Max Scherzer, Joey Votto y Clayton Kershaw. Otros han visto su vuelo detenido y sus parciales esperan por nuevos bríos, como Stephen Strasburg, David Price, Zack Greinke y hasta podríamos incluir aquí a Robinson Canó, que tiene una deuda pendiente con su producción, después de ser sorprendido por dopaje hace un año.

Varios de esos mega convenios terminaron en clara pérdida para los equipos. Pasó con Ryan Howard, sobre todo, pero también con Prince Fielder, Joe Mauer, Mark Teixeira y Albert Pujols, y habría quien pondría en esta lista a Miguel Cabrera y Félix Hernández. Incluso, Derek Jeter puso números por debajo de ese promedio de casi 19 millones de dólares anuales que recibió en sus últimos años, aunque en su caso podría argumentarse que su valor para los Yanquis, tanto en el terreno como en la cueva, era equivalente a eso y más.

Hasta Alex Rodríguez terminó siendo un dolor de cabeza en Nueva York, aunque su confeso uso de esteroides y hormona de crecimiento humano hizo que envejeciera mejor que el resto de los que pasaron los 35 años de edad y están aquí citados.

¿A dónde va este recuento? Pues precisamente a justificar las dudas que muchos equipos tienen al considerar la posibilidad de contratar por 10 años o más a un jugador, a pesar de ser una estrella. Pujols hace rato que no pone cifras comparables a su salario de 24 millones de dólares. El mismo Greinke, aunque es un buen pitcher, no ha vuelto a justificar esos 34,5 millones anuales que le tienen como el pelotero mejor pagado de la campaña que está por empezar.

Tres escuadras acaban de comprometer 860 millones de dólares para asegurar a largo plazo a quienes consideran piezas fundamentales de un futuro glorioso. Porque nada menos que eso esperan los Filis de Bryce Harper, los Padres de Manny Machado y los Rockies de Nolan Arenado. Ellos y Giancarlo Stanton, otro célebre multimillonario, son aún muy jóvenes para que sepamos cómo envejecerán.

Tampoco Verlander servirá para cotejar, pues su acuerdo termina en esta justa. Y Scherzer está atado a los Nacionales hasta 2021, no es muy lejos. Pero ¿cuánto bateará Votto en 2024, a los 40 años de edad, cuando los Rojos aún deban pagarle 22,5 millones de dólares? Y este Kershaw, atribulado por problemas de salud en los tiempos recientes, ¿seguirá a tope de aquí a 2020, mientras cobra los casi 62 millones de dólares que tiene garantizados?

Este tipo de convenios suele ser un reconocimiento a jugadores-franquicia, una apuesta de corto y mediano plazo, una acción espectacular para entusiasmar a la afición y proclamar el deseo de competir de inmediato. Pero conlleva un altísimo riesgo. ¿Valdrá Harper 25 millones de dólares en la última zafra de su nuevo convenio?

En Filadelfia saben que no, y por eso pusieron más dinero en la primera parte del acuerdo. Pero decidieron asumirlo. Si ganan una o dos veces la Serie Mundial, se sentirán pagados. Si no, hablaremos mucho sobre eso dentro de pocos años.

@IgnacioSerrano

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