En la noche de Año Nuevo reinan la alegría, las emociones y los festejos. La música suena, algunos bailan y los fuegos artificiales iluminan el cielo. Pero no todos lo pasan tan bien: para las mascotas, el cambio de año es sinónimo de miedo, estrés e incluso descontrol y hasta agresividad.

La razón de esto es que en los perros -y también los gatos-, el sentido del oído está mucho más desarrollado que en los humanos y, de hecho, en ellos el impacto de los sonidos fuertes, como los producidos por los fuegos artificiales, se triplica.

«Los perros son capaces de detectar sonidos de alta frecuencia que nosotros no podemos escuchar», explica Lorena Jofré, decana de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de la Universidad de Las Américas.

Si a eso se suma que, a diferencia de los humanos, los animales no están preparados psicológicamente para los ruidos, cualquier estruendo o estallido los toma por sorpresa y los asusta aún más.

Entonces, ¿qué medidas se pueden adoptar para que la noche de Año Nuevo no se transforme en una verdadera pesadilla para ellos? Jofré es clara:  «Es recomendable dejar a las mascotas en zonas de la casa aisladas de los ruidos, idealmente, en la habitación que más les guste o que estén acostumbradas. También darles agua fresca y alimentación balanceada e, incluso, se les puede colocar música clásica o alguna que les agrade -o la televisión- para disminuir el estrés y, de esta forma, asegurar el bienestar animal».

Otra alternativa es ponerles motas de algodón en las orejas, siempre y cuando la mascota esté acostumbrada a ellas.

Por otro lado, si es la primera vez que el perro o gato estará expuesto a ruidos fuertes, es aconsejable hacerlo escuchar antes algún sonido estruendoso -por ejemplo grabaciones de fuegos artificiales-, para acostumbrarlo o saber de antemano cómo se comportará.

Abrazarlos, acariciarlos y contenerlos también es una buena medida para ayudarlos a calmar el estrés. Ahora bien, si la mascota ya lleva algunos años en la familia y es sabido que lo pasa mal en Año Nuevo, una buena idea es llevarla al veterinario para que le recete algún fármaco o producto natural como aromaterapia o flores de Bach. Pero ¡ojo!, no se bueno automedicarla sin consultar a un profesional, ya que muchos medicamentos producen reacciones adversas.

En la vereda opuesta, respecto a lo que hay que evitar hacer, Jofré señala que lo ideal es no llevar a las mascotas a los lugares cercanos a la detonación de los fuegos artificiales donde, además, se reúne una gran cantidad de personas. Tampoco es recomendable encerrarlas en jaulas o amarrarlas, ya eso les producirá mayor ansiedad y también podría ser peligroso para ellas.

Por lo anterior, y previendo la posibilidad de que la mascota escape presa del pánico, es una muy buena idea que lleve una placa de identificación para evitar que además de pasar un mal rato, también se pierda.


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