Hace cinco años atrás los residentes y citadinos de La Sabana, pueblo al noreste del Estado Vargas, muy probablemente vieron a un adolescente Ronald Acuña jr disfrutar de sus vacaciones junto a su familia y amigos en las extraordinarias playas que rodean la localidad.

Lo que muchos de ellos quizás nunca imaginaron es que hoy, un lustro después, aquel joven muchacho estuvo aprovechando el mes de agosto, en el que los jóvenes de su edad suelen gozar de su tiempo libre, para hacerse notar y escribir su nombre junto con el de diferentes leyendas en los registros históricos del beisbol de las Grandes Ligas.

Pues sí. Fue justamente lo que logró Acuña en la calurosa treintena que acaba de finalizar gracias a su imparable ofensiva, en la que entre otras cosas le sirvió para convertirse en el flamante ganador del premio Novato del Mes de la Liga Nacional.

Ningún otro aprendiz que vio acción en el viejo circuito durante agosto pudo sobresalir más que el litoralense, quien hizo de todo y le ocasionó daños con sus conexiones a los lanzadores contrarios en la mayoría de las veces que se presentó en el cajón de los bateadores. En 30 juegos disputados en el lapso, Acuña dejó .336 de promedio ofensivo, con 11 cuadrangulares y 21 carreras impulsadas.

Números extraordinarios que fueron ensalzados con 6 bases robadas, 25 rayitas anotadas y los altos porcentaje de embasado (OBP) y slugging (SLG) que al final fueron de .405 y .698, respectivamente.

El resurgir de la novel figura de los Bravos de Atlanta coincidió justamente con la decisión del manager Brian Snitker de colocarlo como el primer bate de su alineación; de hecho, desde esa posición logró igualar un récord de la franquicia como apenas el segundo pelotero que consigue al menos siete cuadrangulares en el inicio de un partido. El otro había sido Marquis Grissom, quien lo logró en 1996.

Incluso, igualó y superó al mítico Hank Aaron, como los únicos integrantes de los Bravos con al menos 38 imparables en un mes antes de cumplir los 21 años de edad.

Aunque no fueron estas las única hazañas que conquistó Acuña jr con sus batazos. El camino a retaliación, luego de haber atravesado un turbulento pasaje justo en el ecuador de la temporada, inició el 11 de agosto, fecha en la que inició una seguidilla de cinco encuentros consecutivos con al menos un vuelacercas, con la que alcanzó a Miguel Cabrera como el único venezolano con una gesta similar.

También se convirtió en el decimoctavo jugador en la historia de las mayores en llegar a al menos dos decenas de jonrones antes de contar con 21 abriles en su vida, algo que solo habían podido hacer Mel Ott, Frank Robinson, Tony Conigliaro, Al Kaline, Eddie Mathews, Orlando Cepeda, Mickey Mantle, Ken Griffey jr, Giancarlo Stanton, Bryce Harper, Ted Williams, Alex Rodriguez y Willie Mays, nueve de ellos ya tienen su placa en el Salón de la Fama.

Para Acuña, el reconocimiento tiene una doble significación especial. Le reafirmó a su equipo el estatus de súper prospecto que lo antecedió antes de sus ascenso al big show y ayudó a su escuadra a recuperar el primer lugar en la tabla de la División Este de la Nacional.

De igual manera, afianzó su candidatura para optar por el galardón como Novato del Año, que se encuentra en disputa contra el dominicano Juan Soto, quien durante las últimas semanas de acción se vio opacado por el impacto del venezolano.

La cifra

23 jonrones tiene el varguense, cifra que representa un récord entre novatos venezolanos en su primer año en MLB


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