El pasado 14 de abril los pasillos internos del Marlins Park tenían una bulla inusual para un sábado en la tarde. Y el sonido se incrementaba, además, en la medida en la que las personas se acercaban al clubhouse del equipo visitante.

Al abrir la puerta, estaban colocadas dos cornetas, unos platos de DJ y una pequeña consola, desde la que salía el sonido de alguna bachata de Romeo Santos.

Y es que Felipe Vázquez, como es conocido ahora desde que hace dos semanas dejo su apellido paterno (Rivero) para adoptar el de “una hermana mayor” (de acuerdo con lo que explicó), no sólo ejecuta con destreza su trabajo como cerrador de los Piratas de Pittsburgh. También es el encargado de ponerle sabor a los bucaneros, líderes sorpresivos de la división central de la Liga Nacional. 

“Esto es algo que hacemos para entrar en calor, aunque aquí en Miami eso no es necesario, soltó el relevista entre risas después de finalizar su calentamiento.

“La verdad es que a mí me gusta mucho la música y quiero contagiar a los compañeros con alegría. Tenemos un equipo joven, y la verdad es que aquí, así como suena de todo, bachata, merengue, salsa, trap, reggaetón; también tenemos esa mezcla de juventud y experiencia con la que en hemos comenzado bien la temporada, más allá de lo que dijeran al principio los pronósticos sobre nosotros”, expuso.

Pittsburgh viene de un proceso de reconstrucción, en el que se deshicieron de varias de sus sfiguras más importantes, entre ellas, el Más Valioso de la campaña del 2013, e insignia del equipo, Andrew McCutchen.

“Es lógico que piensen que no tenemos chance. Pero con esta juventud y la buena vibra que hay aquí, vamos a dar la pelea”, destacó. 

Hermandad. Vázquez, más allá de mostrar cierto dejo de cansancio al intentar explicar nuevamente su cambio de apellido, aseguró que era algo muy íntimo.“Fue un pedido especial que me hizo mi hermana, quien tiene como tres años más que yo. Estábamos gestionando ese cambio desde hace meses y se nos dio ahora”, dijo.

Según el cerrador, quien tiene ya cinco rescates en lo que va de campaña, el trámite debió estar listo en febrero. “Los papeles apenas me los dieron en abril y fue un lío porque tuve que notificarle al equipo. Se molestaron conmigo porque debieron cambiar todas mis camisas y la mercancía que se vende con mi nombre. Ya me disculpé con ellos y los fans”, contó.

Pero el del apellido no será el único cambio de Vázquez esta campaña. “Ella también me pidió cambiarme el número”, expresó. “No sé todavía cuál será, creo que estaba pensando en algo así con como el 66 o el 99, pero esperaré a que me diga, y también que no lo tenga ningún compañero”, apuntó.

Vázquez, quien aún actuaba bajo el apellido Rivero en el primer partido de la temporada regular, sufrió aquel día un descalabro en el que permitió cuatro carreras. Desde entonces ha estado intraficable, precisamente, tras asumir su nuevo apellido. 

“Allá arriba en Detroit, y también en Pittsburgh hace mucho frío, todo eso puede afectar un poco. Pero al final uno se acostumbra. Así es esto. No sé si tiene que ver con el apellido, pero si con hacer los ajustes. Al final, la idea es estar cómodos, y pelear para ir a los playoffs “, remató.


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