La vida de René Reyes en la LVBP cambió radicalmente en la temporada 2004-2005. Solo tenía 26 años de edad. Fue cambiado de Leones del Caracas a Cardenales de Lara. La transacción lo tocó. Aunque la molestia no era uno de los sentimientos, sí lo embargó el deseo de demostrar que podía jugar bien lejos de la capital, urbe que le gustaba para vivir. De inmediato trató de adaptarse a Barquisimeto.

“Hasta compré casa en la ciudad porque pensaba que aquí me iba a retirar”, dijo entre carcajadas, en el diamante del Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto. “Pero tranquilos, ya la vendí”. La radicación en la metrópoli de los crepúsculos no fue lo único importante que le sucedió aquel año. Por primera vez pudo jugar en una serie final. Lo hizo como refuerzo de Tigres de Aragua, irónicamente contra los melenudos.

Reyes tuvo una bonita primera experiencia. Pegó 4 jonrones e impulsó 11 carreras y en 7 juegos celebró su primer título, mientras se escuchaban los sollozos de su antigua franquicia. Después de aquel cetro, el curtido jardinero participó en tres finales más como refuerzo: de nuevo con los bengalíes (2008-2009, en la que fue el Jugar Más Valioso), con el Caracas (2009-2010) y otra vez con los rayados (2011-2012). Todas las ganó.

Ahora, por vez primera, está con su equipo original en una final. Defiende a Caribes de Anzoátegui contra Cardenales de Lara. Su trayectoria le da para escribir un extenso manual de cómo se debe jugar una serie definitiva y, más importante, ganarla.

“Estoy súper contento de estar con mi equipo original, es algo totalmente distinto, hay como más hambre de jugar la final. De verdad, buscaba esto desde hace tiempo. Trataremos de ganarla, pondré el 100% y saldré a hacer lo que sé”, señaló. “Hay que tratar de jugar duro, de cometer la menor cantidad de errores posibles. El equipo que tengo una buena defensa y una buena ofensiva estará por encima”.

Las palabras de Reyes fueron refrendadas por lo que hizo durante el primer juego del enfrentamiento. En el octavo inning, cuando el juego estaba igualado a dos carreras y era necesario un gran batazo, él apareció con un enorme cuadrangular contra el mexicano Alejandro Soto. Fue su sexto vuelacercas en la historia en finales. Solo tres hombres tienen más tablazos que él en la instancia Antonio Armas y Robert Pérez con 11, y Endy Chávez con 8.

Más añejo es mejor. Lo destacable en Reyes es que ha mantenido su peligrosidad a pesar del inclemente e inexorable pasar del tiempo. En poco menos de un mes cumplirá 40 años de edad y todavía siente que hay mucho beisbol que correr por su anatomía. Al menos por ahora, ni siquiera ve el arrebol que le anuncio el atardecer de su carrera.

“La edad no importa siempre que me mantenga activo. Si estoy en buena forma, mi retiro va a ser bastante lejano”, aseguró el margariteño, quien posee 936 hits de por vida en la pelota rentada. “Jugaré hasta que mi cuerpo diga”.

Esas palabras no son suficientes. Debe existir un secreto para que todavía se sienta tan rozagante como en sus mocedades melenudas. Y sí, lo hay. En aquella importante época en la que pasó a Cardenales, observó cómo Robert Pérez, que ya contaba con 35 primaveras, dejaba el alma en las pesas.

“Yo le preguntaba: ‘Bueno, Robert… ¿Y por qué tanto peso?”, recordó. “Ese hombre llegaba a la una de la tarde y se iba del estadio a la una de la noche. Esa es la clave, mantenerse en forma con las pesas, como lo aprendí de Robert.. A los 35 años comencé a hacer mis pesitas y me he mantenido así. Juego como un niño de 25, pero con 40 años”.

         

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cuadrangulares en postemporadas en la LVBP poseía René Reyes antes del encuentro de ayer. Es la tercera mayor cantidad entre los peloteros activos, solo por debajo de Héctor Giménez con 32 y Luis Jiménez con 31.


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