No consigo imaginar lo que pueda pasar por la mente de los lanzadores de la Liga Americana a partir de la temporada de 2018. ¿Pánico? ¿Perderán la indispensable concentración a la hora de enfrentar a los bateadores del equipo contrario? ¿Experimentarán esa desagradable sensación cuando gotas de sudor resbalan incontrolables entre pecho y espalda, humedeciendo toda la ropa que se lleva puesta?  
Lo que sí consigo imaginar, con más nitidez, es el escenario capaz de ocasionar tal estado de ánimo entre los pitchers de la liga, especialmente entre los zurdos. Por ejemplo, corredores en posición anotadora representando posibles carreras del empate o la ventaja y menos de dos outs en la pizarra. Sin importar el inning y al bate Giancarlo Stanton, con Aaron Judge en el círculo de espera. O al revés. En todo caso, el orden lo decidirá Aaron Boone, el nuevo manager de los Yanquis de Nueva York.
El título de este acto, capaz de superar a cualquiera de los más exitosos concebidos por los guionistas de Hollywood, empezó a materializarse el pasado 11 de diciembre cuando los Yanquis adquirieron a Stanton a través de un cambio por tres jugadores de los Marlins de Miami, y de esta forma poder contar con los dos toleteros que más jonrones descargaron en las Grandes Ligas durante la campaña anterior. No creo que ya lo hayan olvidado. Stanton encabezó el departamento de cuadrangulares de la Liga Nacional con 59, mientras que Judge soltó 52 para los Bombarderos.
Son apenas cinco las parejas que suman al menos un centenar de jonrones para un mismo equipo en una temporada de los mayores. Aún considerando la era de la “bola muerta”, cuando la pelota no salía con tanta frecuencia como en el presente, el número de dúos es escaso. La esférica “salidora” se institucionalizó a partir de 1921 y la pequeña lista de combos del poder la encabezan Roger Maris con 61 y Mickey Mantle con 54 vuelacercas en 1961 con los Yanquis; Barry Bonds con 73 y Rich Aurilia con 37 en 2001 con los Gigantes de San Francisco; Babe Ruth con 60 y Lou Gehrig con 47 en 1927 con los Yanquis; Mark McGwire con 70 y Rick Lankford con 31 en 1998 con los Cardenales de San Luis, y Alex Rodríguez con 57 y el cubano Rafael Palmeiro con 43 cuadrangulares en 2002 con los Rangers de Texas.
Stanton no tiene nada que demostrar, salvo que pueda verse afectado por el cambio de liga. Yankee Stadium por el Marlins Park. Un bateador derecho de 28 años de edad y en la gran carpa desde 2010, Giancarlo en Miami largó 267 cuadrangulares.
Judge no tendrá tampoco que justificar sobre su capacidad de conectar batazos por encima de las cercas, habilidad que le sirvió al pelotero de 25 años de edad para que fuese reconocido como “Novato del Año” de la Americana en 2017. No obstante, el bateador derecho sí debería poner en evidencia que lo ocurrido no fue obra de la casualidad. El desafío no es poca cosa. Hoy, gracias a los reportes de los scouts de avanzada y los videos, en las ligas mayores nada está oculto bajo el Sol. Todo y todos se conocen. Los puntos fuertes y las vulnerabilidades. La gracia estará en conservar el nivel exhibido desde el primer día que puso un pie sobre un campo de la gran  carpa. ¿Podrá Judge repetir en su año de estreno, al menos en su siguiente campaña?
Stanton y Judge fueron los protagonistas principales en una campaña de 2017 que pasó a la historia con la más abundante cosecha de cuadrangulares: 6.105. Otra expresión del domino desplegado por el dúo la admiramos durante el Derby de Jonrones previo al Juego de Estrellas que por cierto capturó Judge.  
Fueron ellos quienes soltaron los estacazos más largos y rápidos en llegar a las gradas en el Marlins Park esa noche de julio.Todavía en condiciones normales, físicas y mentales, solo el orden que ocupen Stanton y Judge en la fila ofensiva de los Yanquis, influirá en los lanzadores que se hallen frente a ellos.  
Por caso, en 1961 mientras superaba el registro de jonrones de Ruth, Maris jamás fue pasado de manera intencional para lanzarle a Mantle. Créanlo, ni una sola vez pese a todo lo que consiguió con su fuerza.  No sabemos qué hará finalmente con ellos el manager Boone, ¿pero tendrá un plan mejor para intimidar tan solo un poco a los lanzadores contrarios desde que se preparan en el bullpen? ¿Se convertirán en la sexta pareja en contar al menos una centena de vuelacercas en un mismo año y con el mismo equipo?   


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