Aunque suene duro los Marlins de Miami no tienen nada que buscar en la División Este de la Liga Nacional. Los otros integrantes de la llave (Bravos de Atlanta, Filis de Filadelfia, Nacionales de Washington y Mets de Nueva York) se reforzaron tan bien que entre ellos estará el monarca de una de las divisiones del viejo circuito. Así que a los peces no le queda más remedio que salir y tratar de bailar pegado.

Hace tiempo que la organización entró en un proceso de reconstrucción, encabezada incluso desde la oficina con la llegada de nuevos inversionistas, que pusieron al frente de la operaciones de beisbol al legendario y ex mítico campocorto de los Yanquis de Nueva York, Derek Jeter.

Y uno de los departamentos en el cual la franquicia tiene más esperanzas es en el pitcheo. Allí entra el lanzador venezolano Pablo López, quien debutó en la Gran Carpa la campaña anterior.

Los Marlins tienen hasta siete candidatos para los cinco cupos de la rotación. Y ayer el oriundo de Cabimas dejó claro que dejarlo fuera de la misma será complicado.

El serpentinero trabajó por espacio de 6.0 entradas en los que permitió 2 imparables, retirando a los últimos 11 bateadores que enfrentó de los Cardenales de San Luis. Tiene efectividad de 0.90 en 20.0 innings en su actuación hasta ahora en la Liga de la Toronja.

«La clave es la consistencia, dijo López después del encuentro. «Incluso fuera del terreno. Cuando saltas al campo tratas de construir esa rutina», soltó el derecho al sitio MLB.com.

Luego de sufrir una lesión en septiembre del año pasado, el serpentinero trabajó en la temporada muerta y regresó incluso con ocho libas más de músculo. «Mi confianza crece cada vez más. Eso es algo bueno.


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