Las nuevas tendencias cuestionan, con mucha razón, al automatismo de utilizar un relevista zurdo cada vez que un bateador de dicha mano o ambidiestro aparece en el plato. En la LVBP, sobre todo, hay managers que han convertido en una rutina ese movimiento. Abusan. Lo repiten tanto que muchas veces parece más un reflejo muscular que una decisión pensada. Es un instinto básico desarrollado de tantos años de enseñanzas que afirman que el siniestro es más vulnerable contra sus similares. En ocasiones sí, y en otras es un rotundo no.

Omar López, manager de Caribes, es tan buen conversador como estudioso del juego. Mucho antes de enfrentar en la semifinal a Félix Pérez, cubano de Leones que se ha acostumbrado a batuquear a placer a la mayoría de los zurdos que le ponen en frente, sabía que el bateador le había ido de 7-5 contra los siniestros que se empeñaron en colocarle Buddy Bailey y Carlos García, y que también había sido el octavo paleador con más hits contra serpentineros izquierdos en la ronda regular.

Aún así, existía una figura que le daba licencia para tomar riesgos: Liarvis Breto. Pérez ligó de 5-0, con cinco ponches, contra el especialista que recibió votos para el Novato del Año. “Félix le batea muy bien a los zurdos, eso es verdad”, admitió López. “Pero… ¿contra qué zurdos? Breto es el mejor pitcher zurdo de la liga contra bateadores de su misma mano”.

En la eliminatoria, el carabobeño de 24 años, la mano izquierda que le da tranquilidad a todo Caribes, lanzó 9.0 innings contra siniestros. Ponchó a 14 veces y no le anotaron ni una carrera limpia. En los playoffs, versus Magallanes y Leones, también estuvo inmaculado en 3.0 episodios. Y en el primer juego de la final, con tres Cardenales en bases, el juego igualado, dos outs y frente a Alex Romero, uno de los paleadores más indómitos en los anales de la instancia decisiva, también salió airoso y guardó la victoria en sus alforjas.

Breto, por lo menos esta temporada, es un bálsamo para la rayada y criticada estrategia del zurdo contra zurdo. Es él, por los patrones que forjó, la mejor opción para cualquier manager que desee anular a un peligroso bateador siniestro. José Moreno, piloto de Lara, no tenía a un hombre como él a su disposición para retar a René Reyes que, como pregona su fama de asesino de izquierdos, le pegó un enorme jonrón a Alejandro Soto, que a la postre significó el laurel oriental.

Los números del curtido jardinero estaban allí: 4 jonrones contra zurdos en la ronda regular, aunados a 16 carreras remolcadas, promedio de .369 y OPS de 1.084. Moreno se arriesgó, posiblemente de forma innecesaria, y lo pagó.

Lo irónico y poético de Breto vs. Cardenales, es que el escopetero pudo haber ayudado a la bandada esta temporada. Fue dejado libre por los alados y también por Marineros de Seattle. A pesar de sus desastrosos números en Canadian-American Association, liga independiente, impresionó al ex lanzador zurdo Richard Salazar, quien lo recomendó a Pedro Mena, para ese entonces gerente deportivo de la tribu.

“Le pregunté a Richard si Breto podía lanzar en la LVBP, si podía sacar outs. Él me mandó un video para convencerme y me gustó lo que vi”, recuerda el ex gerente.. “Hice algunas consultas y no había mucho entusiasmo. Pero luego hablé con Samuel (Moscatel, gerente general) y confió para poder firmarlo. Esa es la historia de Breto”.

Y es también el nacimiento de un verso para los relatos de los zurdos vs. zurdos.


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