Willians Astudillo retomó las cosas donde las dejó hace cuatro meses. Cerró la pasada campaña con los Mellizos, su primera en las Grandes Ligas, repartiendo batazos de todos los tamaños. Y esta semana abrió del mismo modo su primer Spring Training como bigleaguer, con dos jonrones en su primera práctica de bateo en vivo y viendo su nombre flotar en un sinfín de notas, blogs y reportes, que destacan lo peculiar de su juego y sus posibilidades este año con Minnesota.

Astudillo bateó para .355/.371/.516 en sus 29 encuentros con los gemelos. Fue el vistazo inicial, su debut en la MLB, luego de una década de líneas cortas, pocos ponches y menos boletos en las Ligas Menores, mientras crecía con los Filis de Filadelfia y pasaba por otras organizaciones, sin cautivar a los gerentes.

Pero el nativo de Barcelona maduró. A sus 27 años de edad, enseña una fuerza que antes no exhibía. Aprovecha su contacto proverbial para llevar la pelota lejos, por los callejones, y se ha convertido en un favorito de la prensa estadounidense, por su carácter afable ante los medios, su entrega en el campo y su pintoresca figura y peinado.

El único problema es que, a diferencia de septiembre y octubre, cuando terminó jugando a diario detrás de plato, el lesionado Jason Castro está listo para regresar y reclamar la titularidad en la receptoría.

Un reporte del sitio The Athletic aseguró este lunes que los Mellizos no quieren estructurar un roster a largo plazo con tres catchers. Mitch Garver y Castro van a empezar arriba, en teoría. Pero Derek Falvey, jefe de la oficina de operaciones de beisbol en la escuadra norteña, ya asomó la solución.

“Él se ha puesto claramente en la posición de ser bigleaguer, de moverse por varios sitios, de jugar en múltiples posiciones, potencialmente”, declaró Falvey a The Athletic. “Y es valioso poder tenerlo en varias posiciones”.

El diario Minneapolis Star-Tribune dedicó una larga nota a las aventuras invernales de Astudillo, su lucha con Delmon Young por el premio al Jugador Más Valioso, su pose en el home, cuando sacudió un cuadrangular decisivo ante el Magallanes, un episodio cuya imagen fue ampliamente divulgada y comentada con jolgorio en la prensa estadounidense.

Este lunes hizo otro tanto, aunque sin gestos teatrales. En la primera práctica de bateo en vivo de Minnesota, en el complejo de Fort Myers, “puso el show”, de acuerdo con el sitio MLB.com. Pescó un envío del as José Berríos, el número uno de la rotación, y lo puso detrás de las bardas. Y luego, ante el relevista Trevor May, candidato a convertirse en el cerrador de los gemelos, repitió la dosis, llevando la bola aún más lejos.

“Es increíble, ¿verdad que sí?, exclamó el manager Rocco Baldelli, citado por el diario St. Paul Pioneer Press y otros medios. “Es casi como si estuviera bateando ante pitchers de las Pequeñas Ligas. Se ve bien. Puso buenos swings contra la pelota. Él tiene esa habilidad única: puede tomarse unos días de descanso, una semana, el tiempo que sea, y apuesto que podría entrar al campo nuevamente y pegarle a la bola con contundencia”.

Astudillo saltó al profesional como campocorto, aunque pronto dejó esa posición. Eventualmente se convirtió en careta, inicialista y jardinero izquierdo. Pero sus antecedentes en el infield le sirvieron para ser usado en esas tres posiciones el año pasado y también en tercera, segunda y el center. Incluso lanzó una vez.

Esa será su tarea en 2019, de acuerdo con Falvey: acompañar como utility a Ronald Torreyes y Ehire Adrianza, si puede mantener su ofensiva en el mismo sitio donde hace cuatro meses la dejó.


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