La temporada 2018 de los Rangers de Texas se podría catalogar poco menos que fatídica.

No tuvieron ningún tipo de oportunidades de competir en la División Oeste de la Liga Americana, en la que se ubicaron últimos y estuvieron cerca de acumular 100 derrotas (67-95 fue el récord), siendo esta una de sus peores cosechas en el vigente siglo.

Aunque para este 2019 los texanos están decididos a competir en el “lejano oeste” e irán con un tridente venezolano en manos, después de realizar una gran apuesta con la adición del experimentado infielder venezolano Asdrúbal Cabrera, quien llegó desde la agencia libre en un pacto por un año para unirse a sus coterráneos Elvis Andrus y Rougned Odor, dos de los actuales emblemas del equipo.

El retiro del dominicano Adrián Beltré dejó un gran vacío en la plantilla; sin embargo, la gerencia confía en que la adquisición de Cabrera puede suplir de cierta manera tan importante ausencia, sobre todo a nivel defensivo, uno de los principales argumentos del toletero oriental.

El guante de Asdrúbal Cabrera ayudará a reforzar el cuadro interior junto con Andrus y Odor. Además, su para nada despreciable ofensiva, artífice de al menos tres torneos de más de 20 cuadrangulares, robustecerá un lineup que cuenta con hombres de poder de la talla de Nomar Mazara, Joey Gallo y el propio Odor.

Las expectativas generadas en el entorno del jugador de 33 años de edad le conlleva una mayor responsabilidad; empero, desde que se reportó a los entrenamientos primaverales ha dicho que suplir a Beltré “va a ser un poco difícil”, por tratarse del que a su percepción “fue el mejor tercera base del juego. Un chico que se divertía todo el tiempo y que desearías ser esa clase de jugador”.

Estas fueron parte de las palabras que Cabrera emitió en un diálogo con el periodista Jeff Wilson del Star-Telegram durante su primer día de trabajo con el resto de sus compañeros en el Surprise Stadium de la ciudad de Phoenix, Arizona.

Asume el mando

Si bien la llegada de Asdrúbal Cabrera significa un dote de experiencia para el conjunto que desde este año dirigirá Chris Woodward, se espera que quien asuma el liderazgo en el clubhouse no sea otro sino Elvis Andrus.

Ser el jugador de mayor rodaje vestido de vigilante le ha valido al excelso campocorto ganarse dicho título e incluso tener el privilegio de ahora usar el locker que por muchos años perteneció a su amigo y ex compañero Adrián Beltré.

Luego de varias temporadas en la que llevaba literalmente hablando la voz cantante en el interior del clubhouse texano, ahora tendrá el compromiso de hacerlo también en el terreno, una situación que no le genera mayor presión al carabobeño, quien está dispuesto a asumir su nuevo papel con mucha responsabilidad.

“No estoy tratando de ser un líder. Solo estoy tratando de ser yo mismo. Es lo que he estado haciendo desde hace algunos años, por lo que no tiene sentido que cambie ahora con los muchachos. Ellos saben quién soy yo. Ellos conocen mi personalidad, no creo que vaya a cambiar, aunque si va a ser un año muy diferente. Muchas cosas van a cambiar para bien, nada para mal”, le reconoció Andrus a Jeff Wilson.

Mientras las diferentes ligas caribeñas estaban en plena actividades, Andrus se mantuvo en Estados Unidos acondicionando su físico y de hecho, sirvió como guía para varios de sus compañeros. El acto no pasó inadvertido para el capataz Woodward, quien no tuvo ninguna duda a la hora de designar a quien será su capitán de ahora en adelante.

“Durante el invierno él realmente empujó a esos tipos a la sala de pesas. Los estuve observando todo el tiempo y fue una dinámica genial porque aunque casi siempre lo estaban persiguiendo, se divertían y se motimavan a sí mismos a continuar con el entrenamiento. Fue una experiencia de unión muy buena y el fue el gran responsable de eso”, dijo Woodward.

Novel liderazgo

Del trío de venezolanos en el que los Rangers han cifrado gran parte de sus esperanzas el que en teoría tiene una menor carga de responsabilidad sobre sus hombros es Rougned Odor.

El intermedista puede enfocarse solo en su rendimiento. Intentar aumentar su promedio tras una zafra previa llena de altibajos, en la que dicho sea de paso se puso tela de juicio su titularidad.

No obstante, si existe un mandado en el que deba apoyar en el seno del equipo es el de servir como mentor de la sangre joven. Con tan solo 25 años de edad, en su currículo posee cinco años de servicios en las mayores y casi 700 partidos (675 exactamente); por ello surge como el hombre curtido para guiar al resto de los noveles que ya están asentados y también de los que se vislumbran para hacerse un espacio en la venidera campaña.

Nomar Mazara, Joey Gallo, Ronald Guzmán, Delino DeShields y Willie Calhoun conforman ese núcleo fresco de Texas que Odor encabeza y que de acuerdo con sus propias palabras ya tienen la suficiente sapiencia como para comenzar a rendir dividendos colectivos.

“Siento que ya aprendimos lo que teníamos que aprender. Muchos de nosotros ya llevamos aquí al menos un par de años, en los que nos hemos enfrentado con diversas situaciones y hemos hablado bastante de ello. Creo que ya estamos listos para brillar”, expresó Odor en otra entrevista concedida al Star-Telegram.

Destronar a los Astros de Houston es una de los objetivos para los Rangers de Texas en la justa que inicia a finales del mes de marzo, por lo que el aporte de Cabrera, Andrus y Odor, todos con al menos una campaña de 20 jonrones o más y cuando menos una aparición entre los finalistas al Guante de oro, será fundamental para intentar volver a una postemporada, que se ha hecho esquiva desde el 2016.


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