El romanticismo de un juego en el que gana más el equipo que pueda llegar a casa (home), se puede ver resumido en el enfrentamiento de José Altuve y Aaron Judge por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Es épico y poético. No tanto por las campañas de ambos -as dos excepcionales y que los metió entre los finalistas del premio-, sino por las diferencias en todos los aspectos entre ambos. Los dos representan polos opuestos del beisbol actual.

El venezolano, camarero de los Astros de Houston, es el bateador de menor estatura en el juego -1.68 metros, aunque Humberto “Beto” Perdomo, en un acto irreverente, lo midió en 1.64-. Mientras que el jardinero de los Yanquis de Nueva York es imponente: 2.01 metros es su talla. Fue el paleador más alto en la temporada 2017. Tan solo en esas características es recordada la bíblica disputa de David vs. Goliat.

Altuve es el epítome del contacto. Ganó por tercera vez el campeonato de bateo del nuevo circuito y, si bien ha desarrollado poder con el incremento de su experiencia, basa el juego en su habilidad. De acuerdo con el portal fangraphs.com, su porcentaje de ponches fue de 12.7% mucho más bajo que la media en las Grandes Ligas (21.6%). Judge es todo lo contrario. Tuvo la cuarta tasa porcentual más alta en las mayores (30.7%), amén a los 208 veces que fue guillotinado por los pitchers rivales.

Pero, aunque las cifras de ponches sugieran otra cosa, el Novato del Año de la Americana no fue un hombre limitado en la caja de bateo, de esos que dan un cuadrangular o fallan tres envíos y se van cabizbajos. Logró ligar para un buen average: .284. Si bien el guarismo puede ser risible al compararlo con el .346 de Altuve, es muy respetable al colocarlo lado a lado con el promedio colectivo del nivel: .255.

No se puede omitir la fuerza de Judge. En el reglón de los sluggers, desarrolló la más fantástica campaña para un novel pelotero con 52 vuelacercas; ese es el récord de bambinazos para un novato en la Americana, cuyo su anterior dueño fue Mark McGwire, después de pegar 49 batazos en 1987. Tal gesta, y su influencia para llevar a los Yanquis a una temporada exitosa, le guiñó un ojo a los votantes que tuvieron que entregar sus decisiones un día después del final de la ronda regular, a más tardar.

Altuve solo dio 24 cuadrangulares, una buena cantidad pero, lógicamente, mucho más baja que la de Judge. No obstante, fue un bateador más consistente. Su peor mes fue septiembre-octubre con .291 de promedio y .832 de OPS (sumatoria de embasado y slugging). Después del 12 de abril, cuando él y los Astros celebraron el décimo encuentro de la campaña, su average de bateo más bajo fue de .291.

Su OPS, estadística valorada por el nuevo análisis, al ser la unión de la capacidad de embasado y de dar extrabases, no fue desdeñable: .957. De hecho, la cifra fue la novena más alta de la gran carpa, mientras que la de Judge (1.049) resultó la segunda. Altuve, además, fue la cara ofensiva del equipo más bateador de la ronda regular y el más dominante de la División Oeste de la Americana. Eso también fue ponderado.

José Ramírez, antesalista de los Indios de Cleveland y el tercer finalista por el galardón, será un nombre sobrante en la papeleta. El favorito al tercer puesto. Todo se definirá entre Altuve y Judge, uno de ellos será catalogado como el Más Valioso después de las 7:00 pm de este jueves.

EL DATO

En la Liga Nacional los tres finalistas son Joey Votto (inicialista de los Rojos de Cincinnati), Giancarlo Stanton (jardinero de los Marlins de Miami) y Paul Goldschmidt (primera base de los Cascabeles de Arizona).


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