Las enfermerías de las organizaciones de las Grandes Ligas están llenas cuando se acerca el final de todas las campañas. Es una reacción a casi siete meses de beisbol. Y así ocurrió el año pasado. Algunos peloteros sufrían dolores en las piernas, otros padecían magulladuras lumbares y muchos se quejaban por lesiones en brazos y manos. Pero mientras todo lo demás era normal, Víctor Martínez, bateador designado de los Tigres de Detroit, posaba las manos en el pecho con frecuencia para sentirse irregularidades en el corazón.

Fue llevado a emergencias en dos oportunidades, con electrocardiogramas como primera opción. La segunda vez que pisó una clínica, en las postrimerías de agosto, no volvió a los terrenos de juego. Se despidió de la temporada, y se resignó a ir al quirófano para tratar los eventos que ocurrían en el corazón.

El frío invernal de las salas de hospital quedó atrás. El guayanés llegó a la primavera con un ritmo cardíaco normal y monitoreado. Se uniformó con los bengalíes en Lakeland, ya con 39 años de edad y en la última temporada de su contrato con el equipo. Y, tras 8 turnos en los juegos amistosos de la Liga de la Toronja (Florida), recordó lo que es pegar un cuadrangular, como lo ha hecho 237 veces en su carrera en las mayores, cifra que lo convierte en el bateador ambidiestro venezolano con más poder en la historia.

Martínez se reencontró con su fuerza contra el zurdo Sean Newcomb, abridor de los Bravos de Atlanta. Sacó la bola por el jardín izquierdo después de estar en 3 bolas y 2 strikes, y justamente después de que el antesalista Nick Castellanos dio su segundo bambinazo de la primavera.

Sentir el latir de la madera al dar un tablazo jonronero fue una larga espera para el bolivarense. No pegaba un batazo similar desde el 18 de agosto del año pasado, contra los Dodgers de Los Ángeles. Ese fue su décimo vuelacercas de la campaña, la menor cantidad desde 2008, cuando las lesiones comenzaron a mermar sus andanzas con los aperos de receptor.

La primavera siempre ha visto florecer el poder de V-Mart, como es conocido en la Ciudad Motor. Desde 2006, solo en un Spring Training (2014) no largó conexiones de largas distancias. Suma 21 en el lapso.

De acuerdo con los reportes de los medios de comunicación de Detroit, hay altas probabilidades de que Martínez comparta de vez en cuando su rol como paleador designado con el inicialista Miguel Cabrera, quien el año pasado fue inmovilizado varias veces por dolores en la espalda.

Precisamente, el primera base se fue en blanco en dos turnos en el plato en el encuentro de ayer, al igual que el campocorto Dixon Machado. Por Atlanta, Ronald Acuña jr. volvió a arrancar elogios al irse de 3-2, ser el jardinero central y tercer bate del segundo equipo de la organización. El relevista Miguel Socolovich estuvo perfecto en el inning que le tocó lanzar y Ricardo Gómez solo dio un boleto en su capítulo.

LA CIFRA

237 Vuelacercas acumula Víctor Martínez en su trayectoria en las Grandes Ligas. Es el bateador ambidiestro venezolano con más poder en la historia.


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