Para ella su nombre es sagrado y prefiere no divulgarlo, pero con una sonrisa dijo que este año sus arepas costarán alrededor de 20 mil bolívares. «Todo depende», comentó mientras seguía golpeando a los vegetales con el cuchillo y sus compañeras se reían por la timidez. «Pero más o menos eso es lo que va a costar una arepa».

Antes de perderse en la cocina improvisada dentro del tarantín, la mujer pegó un grito: «Esos precios es por la materia prima. Eso no se consigue», soltó. «Hay que comprarla bachaqueada». Un pequeño movimiento de hombros respondió la gran interrogante: «¿Cree que venderá un poco más que el año pasado?». Tal vez será mejor esperar.

Las arepas de la plaza no gozan de un precio especial. Ni menos ni más. Cuestan exactamente lo mismo que en el anillo de concesionarios de alimentos dentro del Universitario. Y es una de las mejores opciones culinarias: los pepitos oscilan entre 46.000 y 49.000 bolívares.

Las hamburguesas están entre 15.000 (tamaño gourmet) y 34.500. Los sandwiches de pernil van desde 50.000 y 52.000 bolívares. Los shawarmas en 35.000. El ceviche de 42.000 a 45.000. La comida mexicana entre 8.900 y 18.900.

Al tiempo que veía la lista de precios de los pepitos, un fanático de los Tiburones de La Guaira lanzó una frase al aire: «Aquí uno como que solo se va a poder emborrachar». Se notaba que el hombre ya sabía que las cervezas tienen un costo de 2.500 bolívares y 3.000 bolívares prefieren la Zulia. «Aquí las birras están más baratas que en la calle».

Las espumosas no tienen un cargo adicional en la plaza de los Estadios, ni tampoco cuestan menos. Pero allí, en los puestos informales, se pueden encontrar gangas de comida, si se compara con los precios que hay en los concesionarios. «Las hamburguesas normalitas saldrán en 16.000», expuso Juan Briceño, dueño de uno de los locales. «El año pasado costaban 4.000. Saca la cuenta tú…»

Una larga espera

Así como en las taquillas bancarias se hacen pequeñas capillas de ruegos para conseguir efectivo, la cola para comprar entradas era larga. No obstante, existía un sentimiento mayoritario: «Las entradas no están caras», dijo Alexander Abreu, estudiante de la UCV. «Creo que 5.000 bolívares no quita nada para como están las cosas».

Los tickets detallados, cuando La Guaira es el dueño del diamante Universitario, tienen un vasto rango de precios: 1.400 gradas; 5.000 sillas verdes; 12.000 amarillas; entre 13.000 y 15.000 las naranjas y las azules más baratas en 20.000. Solo se negocian 8 entradas por personas. En cambio, cuando los Leones son locales las entradas van desde 2.000 bolívares (gradas) hasta 49.000 bolívares (palco terreno).

«Creo que solo me quejaría por la lentitud de la cola», denunció Carlos Ortiz, seguidor de los escualos. «Abrieron al mediodía y se tardan mucho. Igual quiero comprar las entradas para ver a mis Tiburones».

Al menos no hay proliferación de revendedores. Debido a la inflación, que ha disparado todos los precios en el estadio, como si se tratasen de un elevado que se pierde entre las nubes, tales negociantes han disminuido en la fauna de Los Chaguaramos. «Quién coño va a tener 30.000 bolos en efectivo», clamó Ortiz. «Esa gente no va a vender nada».


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