Si bien la inseguridad en Venezuela siempre ha golpeado de vez en cuando al beisbol, como ocurrió con el asesinato de Gustavo Polidor en 1995, los padecimientos se han incrementado en los últimos tres meses. Los infielders Javier Betancourt y Thairon Estrada fueron baleados con semanas de diferencia, fue secuestrada la madre del receptor Elías Díaz, el jardinero Renato Núñez fue asaltado a punta de pistola y los Caribes de Anzoátegui sufrieron un gran hurto en las semifinales de la LVBP.

Los jugadores venezolanos en las mayores, una cofradía menor de 150 miembros, están conscientes de los riesgos que existen en la nación suramericana. Algunos hablan sobre ello, como lo hizo Willson Contreras, quien trata de encontrar la concentración mientras que teme por la seguridad de su hermano Wilmer, quien está solo en el país.

“Créanme, es difícil jugar así”, le dijo el receptor titular de los Cachorros al Chicago Sun Times. “Mi hermano está bien en este momento, pero tengo miedo porque está solo. Es muy fácil que sea secuestrado. Tengo miedo de pensar que podría ser secuestrado como la madre de Elías”.

Aunque vive en Estados Unidos, Contreras conoce bien a Venezuela. Nació en Valencia, estado Carabobo, ciudad que visitó en diciembre, cuando ganó el Festival del Jonrón Pepsi y realizó actividades benéficas. Por eso, además de lo que lee y escucha, es fácil que se haga una idea de lo que ocurre en el país.

“No fue fácil ver lo que está sucediendo. La seguridad en las fronteras, ver a muchos niños pequeños obtener comida de los botes de basura”, señaló. “Hay algo muy mal. Creo que todos los jugadores de las Grandes Ligas deberían poder traer a su familia a Estados Unidos, especialmente si vienen de Venezuela. Nuestra situación es realmente triste y va a empeorar”.

La inflación constantemente creciente ayuda a que los peloteros de ligas mayores sean el objetivo de extorsiones. Los salarios millonarios en dólares son del dominio público. Y mientras todo sucede, Contreras trata de sacar a su hermano Wilmer del país.

La temporada 2018 será la segunda del slugger como el receptor estelar de los oseznos. El año pasado disparó 21 cuadrangulares, remolcó 74 anotaciones, tuvo promedio de bateo de .276 y OPS (sumatoria de embasado y slugging) de .855.


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