En el teléfono de José “Cafecito” Martínez las llamadas a Alex Cabrera siempre han sido frecuentes. Los dos atesoran una relación que va más allá del tiempo que compartieron como compañeros en los Tiburones de La Guaira. Tampoco son amigos. Ellos se consideran padre e hijo. Si bien las comunicaciones entre ambos son comunes, las últimas conversaciones han tenido un tema fijo: ¿Cómo aprender a defender la primera base y mantener el enfoque en el proceso?

            La inicial no le es ajena al hijo mayor del recordado Carlos “Café” Martínez –en su carrera ha jugado más de 820 innings allí–, pero la experiencia que tiene en la posición no se puede comparar con la que acumula en los jardines, su hábitat natural, donde ha visto pasar, aproximadamente, 8.000 capítulos en todos los niveles. Y los Cardenales de San Luis, su equipo en las mayores, lo han convertido en el primera base y cuarto bate de la alineación. En pocas palabras, en este momento su carrera sufre una metamorfosis.

            Cabrera, quien antes de abandonar el montículo en sus albores y desechar la posibilidad de ser un patrullero por su corpulencia, hizo toda su trayectoria defensiva en la inicial. Es por eso que, más allá del vínculo que poseen, Cafecito lo haya buscado como un consejero.

            “Hablo mucho con Alex, siempre le pido un consejo. Es un tipo que me ha ayudado, en todas las áreas, así que nunca dejo de hablar con él”, le comentó Martínez a El Nacional, por teléfono. “Para mí siempre será mi mejor mentor. Ya hemos conversado para reunirnos en la temporada muerta y trabajar (la primera base) también allá (en Venezuela)”.

            Obviamente, Cafecito no está desamparado por el cuerpo técnico de los Cardenales. De acuerdo con sus palabras, los instructores están muy pendientes de todo lo que hace. “Yo creo que lo mejor es que todos los días tomo bastantes rollings. Siempre práctico. El simple hecho de salir al terreno y hacer las jugadas de rutinas es lo que me ha ayudado”.

            Lo que comenzó como un experimento en San Luis se convirtió en rutina. Sin contar el encuentro de ayer, cuando se incrusta el mascotín en la mano izquierda ostenta un promedio de bateo de .354, un OPS (sumatoria de embasado y slugging) de .953; 4 cuadrangulares y 17 carreras remolcadas. Mientras que las veces que ha sido cuarto en el orden al bate su average es de .368, 1.047 de OPS, 4 jonrones y 21 impulsadas.

            “Ser cuarto bate en las Grandes Ligas no es nada fácil y me están dando esa oportunidad. Debo hacerlo como se debe”, dijo el varguense. “Las cosas han salido bien. He trabajado todo el año. He aprovechado todo. Aunque no se ha terminado la temporada, ya pienso en el año que viene. Si voy a estar en este equipo, porque uno nunca sabe las cosas, lo importante es venir un poco más tranquilo y que ya se sepa lo que uno puede hacer”.

¿Y La Guaira?

San Luis es una de esas organizaciones celosas con la participación de sus peloteros en ligas invernales y, en ocasiones, una buena temporada, como la que atraviesa Martínez, se convierte en otra razón para restringir. Pero Cafecito ya tiene planeado jugar con los Tiburones en la LVBP.

            “Estaré en Venezuela, si nada cambia, y claro que jugaré con La Guaira”, aseguró. “Compartiré con Teodoro (su hermano menor, quien llegó este año de Tigres de Aragua por la vía del cambio) y va a ser algo bastante especial estar con él. Sé que nuestra familia disfrutará lo que verá”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!