A partir de esta temporada no se verán incontables visitas al montículo; no importa si es el receptor, un miembro del cuerpo técnico o un jugador de posición, ni siquiera el pitcher podrá salirse de la loma cada momento a hablar con alguien. Las Grandes Ligas establecieron que en la campaña solo se permitirán 6 reuniones en el morrito durante los juegos de 9 innings.

Para algunos receptores, aunque no están de acuerdo, tampoco son tan críticos con la nueva regla. Chris Giménez, curtido receptor de los Cachorros de Chicago, dijo que “al menos es mejor que 3. La cantidad es factible. Al menos tomaron algunas de nuestras consideraciones. Podemos ahorrar algunos viajes al montículo para las entradas finales”.

Pero otros no están tan tranquilos como Giménez. El venezolano Francisco Cervelli, cátcher titular de los Piratas de Pittsburgh, es uno de los que más protestan la medida aplicada por la Oficina del Comisionado de las mayores, que busca reducir el promedio de duración de los encuentros.

“Es lo peor que he escuchado. Esto es beisbol. El beisbol se trata de cambiar los ritmos”, le dijo el careta filibustero al Trip Live, en Bradenton, Florida, donde la organización desarrolla sus entrenamientos de primavera. “A veces uno va al montículo no porque quiera, uno debe hacerlo. No creo que visitar el montículo haga lento el juego. Este es un juego de ajedrez. Es una estrategia”.

La regla tiene sus excepciones. No serán calificadas como “visitas” las breves reuniones que pueden ocurrir entre bateadores, mientras los jugadores y el lanzador se reubiquen, y alteren el curso normal del juego, la necesidad de los infielders de limpiar los tacos cuando llueve, una lesión del serpentinero o una charla después de una sustitución ofensiva.

“¿Por qué debo acelerar el juego? He jugado esto durante mucho tiempo y aprovechamos lo que tenemos para ganar”, continuó Cervelli. “Imagínense un juego contra los Yanquis que tienen a (Giancarlo) Stanton, (Aaron) Judge y Gary Sánchez. Si tengo que hablar en cada lanzamiento lo haría porque no quiero que ellos me ganen”.

Uno de los receptores famosos por sus continuas visitas al montículo es el venezolano Willson Contreras, de los Cachorros de Chicago. Joe Maddon, manager del equipo, no cree que el careta se vea afectado. “Tenemos maneras de comunicación no verbales”, dijo. “Obviamente no vamos a mandar mensajes de texto”.


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