En toda su carrera, Carlos González no había emprendido una búsqueda tan complicada. En años anteriores se preocupaba por conseguir la mayor cantidad de cuadrangulares, carreras remolcadas o mantener su promedio por encima de .300; esa ha sido su manera de ayudar a los Rockies de Colorado. Pero la cacería actual es menos por deporte y más por sobrevivencia. El jardinero rastrea, desesperadamente, el buen contacto. Y no ha tenido éxito en ningún pasaje de la campaña.

Verle en el banco es algo extraño. Cuando está sano es capaz de participar en 150 encuentros o más. Pero el manager Bud Black prefirió sentarlo el jueves, no como una medida de castigo sino para que vuelva a reencontrar las pegadas sólidas que le dieron el título de bateo de la Liga Nacional en 2010. Era un movimiento necesario. Entre el 7 de este mes y este sábado solo tenía un imparable en 30 apariciones en el plato.

CarGo no refutó la decisión. La aceptó y se fue a la sala de videos a ver si encontraba una respuesta.

“En este momento las cosas no van bien. Pero siempre creo que se puede mejorar”, le dijo el jardinero al Denver Post. “Mentalmente estoy listo. Trabajo tan duro como puedo. No puedo sentarme a esperar que Dios me mande los hits o lo que sea”.

Es cierto. Por lo menos González entiende bien la máxima bíblica: “ayúdate que yo te ayudaré”.

En las pantallas no ve las intenciones de los lanzadores rivales, los tipos de pitcheos o movimientos adversarios. Todo eso es omitido. Las pupilas del venezolano se enfocan en su swing.

“Me observo”, comentó firmemente sin revelar más nada. Debe ser difícil para él detectar un problema que ha sido recurrente. Su promedio más elevado esta campaña lo alcanzó el 25 de mayo y apenas fue de .256.

¿Diagnóstico? Si González encontró algo malo en su swing lo tiene guardado. Pero existen algunas observaciones de la organización. El piloto Black cree que la ansiedad de no conseguir contactos sólidos ha afectado al marabino en ocasiones. Es un síntoma lógico para aquellos que sufren un largo estancamiento ofensivo: comienzan a atacar pitcheos fuera de la zona por una ampliación mental de la zona de strike.

Pero  mediciones especializadas no coinciden con la visión de Black. Según el portal fangraphs.com, CarGo bajó sus swings a pitcheos fuera de la zona de strike de 36.4% a 33.2%, con respecto al año pasado. Además aumentó levemente sus contactos con lanzamientos buenos de 82.1% a 83.5%. Entonces… ¿Qué es lo que puede estar ocurriendo?

Los patrones indican que de cada bola bateada por González 48.3% son rollings y pocos de ellos van a la banda contraria, pues su porcentaje de batazos en el campo es de 43.9% hacia el jardín derecho, 37.8% al centro y 18.3% al izquierdo. El zurdo es un bateador vulnerable a las formaciones especiales. Puede que esa sea una de las razones del bajón.

Pero todo dependerá del propio jardinero. La búsqueda necesita dar frutos pronto, sobre todo porque después de esta temporada tendrá la opción de promocionarse en la agencia libre.


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